¿Cómo se pueden dilapidar 30 millones de dólares producto de una de las carreras deportivas más prolíficas de la Argentina? Esa es la pregunta que intenta responder Juan Martín Del Potro. Y la respuesta tiene un nombre: el de su padre, Daniel Horacio Del Potro.
“Hablá con papá”. Esa era la frase que utilizaba el tenista cada vez que le proponían un negocio. Pero “papá” -veterinario devenido en empresario agroganadero- no admitía otra alternativa de inversión que no se circunscribiera al campo. Allí eligió nacer y morir, financieramente hablando.
Daniel Horacio murió de Covid el 11 de enero de 2021. En las redes y en privado, su hijo lo despidió como un héroe, sin saber el descalabro económico en el que lo involucró tanto a él como a su madre, Elisabet Patricia Lucas, y a su hermana, Julieta.
Su temprana partida fue un síntoma de lo que vendría. Primero lo intervinieron del corazón, colocándole seis stents, luego sufrir dos paros cardíacos. Y a la semana de recibir el alta, volvió a ser internado al contraer Covid-19. Los inmediatos antecedentes cardíacos, el sobrepeso y el no poseer aún las vacunas contra el coronavirus lo signaron a una rápida muerte. Convivió apenas una semana con la enfermedad.
Hasta entonces, Juan Martín del Potro era ajeno a las inversiones que su padre realizaba con el dinero obtenido por su éxito deportivo. Profesional desde 2005, siendo aún menor de edad, en 14 años de carrera acumuló 30 millones de dólares, sin tener en cuenta los negocios que hizo por fuera del tenis. Ocupó el top 15 de los tenistas que más premios ganaron en la historia de la disciplina.
Un mes después de la muerte de su padre, “Delpo” conoció la otra cara de su padre: la de un empresario que creó una millonaria montaña de deudas que hoy comprometen a su familia. Según información a la que tuvo acceso GENTE, el entramado de empresas creadas por Del Potro padre y que tienen a su esposa y a sus dos hijos de socios y directores acumula una deuda de más de 800 millones de pesos.
Daniel Horacio del Potro constituyó al menos tres empresas: Agroganadera Reconquista, Agrocomercial Tandil y Estancia San Pastor. Todas sociedades anónimas integradas por su familia. El dato no es menor. Todos son responsables en la misma proporción.
Distinto sería el caso en que el único titular fuera el padre del tenista y el conflicto se dirimiera en la sucesión: la deuda se extinguiría con el remate del patrimonio de Del Potro padre. Al ser todos socios, podrán responder con su patrimonio personal. La pregunta es inevitable: ¿podría Del Potro terminar en bancarrota?
Mientras se entrena para regresar al tenis tras dos años y medio de receso por una lesión en su rodilla por amor pero también por necesidad económica. Al tener ranking protegido desde 2019, tan sólo con presentarse en las principales competencias del ATP, puede embolsar una cifra millonaria, más allá del resultado deportivo.
Pero una decisión de la Justicia podría torcer sus planes e incluso poner un punto final a su carrera internacional. En caso de que se dicte la quiebra de algunas de las empresas agroganaderas de la que es titular, el deportista tendría la prohibición de salir del país. Un regreso con un sabor amargo para “Delpo”, entre el adiós al alto rendimiento y una deuda millonaria.
