Freddie Mercury el mítico frontman de Queen, falleció un día como hoy hace 30 años. Un día antes de su deceso, el carísmático líder anunció públicamente que padecía SIDA, y un día después, a la edad de 45 años, falleció de una neumonía bronquial agravada por el virus. Mary Austin, la mujer que amó con su vida, es actualmente la heredera de su numerosa fortuna.
Freddie se convirtió en leyenda incluso antes de morir, y hoy, a 30 años de su partida, sus canciones y su herencia musical continúan impregandas en el ADN de la historia de la música. Al momento de morir, el performer no tenía descendencia y dejó su patrimonio valuado entre 50 y 60 millones de dólares, en manos de una mujer desconocida para el público: Mary Austin.
Quién es Mary Austin, la heredera de la fortuna de Freddie Mercury
Mary Austin fue literalmente el amor de su vida. A ella le compuso y dedicó uno de los mayores éxitos de su carrera, Love of my life y, si bien nunca contrajeron matrimonio, él siempre se refirió a ella como su “esposa”. La joven y el artista fueron pareja durante 6 años, antes de que Freddie fuera masivamente conocido, entre 1970 y 1976.
La relación de pareja llegó a su fin cuando el cantante reconoció su homosexualidad, pero siguieron siendo muy buenos amigos. Mary era la única persona a la que Freddie escuchaba y hacía caso; y fue la primera persona en enterarse que el músico tenía HIV, incluso antes que el propio Freddie.
Tras su separación, Mercury le compró a Austin una casa y la empleó como su asistente personal. Mary rehizo su vida amorosa, tuvo dos hijos con un empresario llamado Piers Cameron y del primero de ellos, Richard, Freddie fue el padrino. Su segundo hijo, Jamie, nació tras la muerte del cantante.
Mercury le dejó muchos de sus bienes a Mary, entre ellos su mansión en Kensington y un importante porcentaje de los derechos de su obra de autor. Por dos años ella tuvo en su poder la urna con las cenizas de Freddie, pero un día decidió enterrarlas en un lugar secreto que nadie conoce, ni siquiera sus padres.