Ingrid Grudke: «Nunca sufrí por amor» – GENTE Online
 

Ingrid Grudke: "Nunca sufrí por amor"

La modelo y actriz es la protagonista del Intimo de la Semana de GENTE. A los 45 años, confiesa que su pareja Martín Colantonio trajo mucha paz a su vida, dice que están felices de convivir en su chacra de Los Helechos, Misiones. Sueña con tener su propio programa de televisión y cuenta cómo se inició en el Fit Model que la llevó a competir en Europa en representación de Argentina. Las dolorosas pérdidas de su hermano menor y la de su papá, y la fortaleza y el ejemplo que heredó de su mamá.     
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Al igual que a miles de personas, la pandemia produjo cambios radicales en la vida de Ingrid Grudke (45). “Cierro el 2021 de manera asombrosa, con un reseteo de mi vida. Me volví a resetear en un montón de cosas, a nivel personal y a nivel laboral”, confiesa la modelo y actriz nacida en Oberá, Misiones, protagonista del Íntimo de la Semana de GENTE. En pleno encierro, Grudke descubrió el mundo del Fit Model, comenzó a entrenar, modificar su alimentación, y de pronto llegó a competir en Letonia y Sevilla en representación de Argentina.

Además, Grudke decidió pasar la cuarentena y mudarse a su chacra familiar de Los Helechos, localidad ubicada a 14 kilómetros de Oberá, y convivir allí con su novio Martín Colantonio. “Tenemos una pareja de mucha armonía, yo defino nuestro vínculo con una sola palabra: paz”.

-¿Qué cosas reseteaste de tu vida?

-Una fue volver a mi lugar Misiones, a decidirme en instalarme allá, y tener una base de pensamiento para cuidar mi cuerpo porque creo que el cuerpo es el vehículo de nuestra vida, y entendí que cuanto más lo cuido mejor voy a llegar a grande.

-¿Antes no le dabas importancia al cuerpo siendo que comenzaste como modelo?

-Sí, le daba importancia, siempre tuve una buena alimentación, de estar saludable, pero entendí que a esta edad tenemos que esforzarnos un poquito más. Me siento mucho mejor que a los 20 y digo que es por la buena alimentación. Antes por ahí no le daba tanta bolilla, tal vez porque genéticamente estoy bien.

-¿Tuviste un reseteo de lo sentimental?

-Yo siempre fui una persona de darle mucha importancia al prójimo, al compartir, al saber vivir en armonía, en la empatía. A mí me hizo muy bien convivir con Martín, encontré a una persona que piensa similar o igual que yo. Que todo fluye. Libertad de ser como cada uno quiere ser, de estar desde el apoyo, porque la pareja es una construcción, el amor es una construcción. Uno tiene la atracción al inicio de una relación que naturalmente o biológicamente siempre uno necesita atraerse o aparearse. Pero después, todo el amor es una construcción y a mí me pasó eso, que construimos en un año un montón de cosas lindas con mucha paz, paz interior, tener armonía, bienestar, pensar en el prójimo, como que de ese lado lo reforcé.

-¿Y un reseteo profesional…?

-Sin dudas que la cuarentena es un antes y después en mi vida profesional. En la vuelta a la exposición mediática me llevé una grata sorpresa que a la gente y a los medios de comunicación les interesara tanto lo que hice con mi cambio de alimentación, de ejercicio y de vida sana, salté del mundo de la moda y artistas y otro lugar, a un torneo deportivo internacional, viajar como deportista argentina interesó mucho. Entonces profesionalmente, por más que es otra área, sorprendió a los medios que yo me animé a hacer algo distinto. Eso volvió a exponerme en diferentes lugares y que otra vez las marcas o medios me convoquen, cosa que a mí me gusta porque creo que me han apoyado muchísimo los medios, en cada revista, con cada periodista, siento que ayudaron muchísimo en mi carrera Eso fue una de las cosas fuertes. Y después también un interés fuerte en lo actoral, por ejemplo, la película que filme el año pasado “Alma pura”, me encontré este año que fue elegida en el festival de cine independiente en Nueva York. Quedó dentro de las miles de películas.

-Actuación, modelaje y Fit Model, ¿hay algo más?

-Sí, le apunto a la conducción, a perfeccionarme en la conducción, en tener un programa propio en donde pueda contar lo que yo quisiera. Que tenga que ver con nuestros creativos, con los diseñadores autóctonos, creo mucho en nuestro diseñadores y me gustaría mostrarlo más.

Ingrid Grudke: sus participaciones en Letonia y Sevilla

Ya con el 2022 a la vuelta de la esquina, Ingrid Grudke se muestra feliz por las participaciones en dos competencias internacionales de Fit Model 2021. En septiembre fue finalista en el Primer Mundial de Fit Model de Letonia y después viajó a Sevilla donde no pudo lograr clasificar entre las mejores pero regresó conforme con su rendimiento en un torneo más concurrido que el de su debut.

-¿Sentías que te estaba faltando algo?

-Sí, claro, yo venía con un ritmo de viajar todo el fin de semana a otras provincias, hacer desfiles, conducción, actuación, y de golpe frenarnos por el coronavirus, y quedarme quieta, sin movimiento, solo en un espacio, como que necesitaba mover un poco la energía y mi cuerpo. Ahí es donde fui entrenando con Analía Galeano por videollamada. Eso fue creciendo porque siempre siento la necesidad de desafiarme. Tengo como una competencia conmigo misma. Superarme, motivarme, decir: "ah, pero sí puedo hacer esto" y eso me faltaba, el desafío de algo distinto, y llegó.

-Tuviste una extensa carrera en el mundo del modelaje, un mundo muy competitivo, y ahora competís con tu cuerpo pero en otra disciplina, ¿encontraste algo en común entre esos dos mundos del modelaje y del Fit Model?

-Para mí es medio mito de que todo el mundo ve que entre las modelos hay competencia, yo nunca sentí eso, la competencia es conmigo misma, de superarme, de estar en un lugar para que me elijan por lo que trabajé, no porque miré a la de al lado. De lo contrario, tengo muchas amigas en el medio. Una buena profesional, no pone las condicionales de “¿quién va?, ¿con quién me siento?”. Yo voy para mostrar mi vestido y sé que mi momento es cuando salgo a la pasarela, ir hasta la punta de la pasarela y volver. Si no me ocupo de que las cámaras, los fotógrafos y los videos me fotografíen bien para que salga en los medios, ahí está el profesionalismo. Si cierro y abro, no me importa, a eso lo elige el diseñador.

-¿Nunca pediste vos cerrar o abrir un desfile?

-Jamás. Nunca. Y podes preguntarle a todos los diseñadores. Quienes lo piden, es problema de ellos. Si empiezo a exigir cosas yo después no sé si me eligen. A mí me gusta que me elijan, que decidan que yo estoy ahí porque me lo gané, que el público me elija porque me lo gané. Es fácil imponer, sé que hay un montón que dicen o hasta han pagado tapas de revistas para estar pero yo todo lo que hice fue porque me eligieron y eso es lo que me gusta a mí. Y no olvidarme de donde vengo. Yo vengo de una chacra en el medio del campo misionero en donde no conocía al mundo artístico, no sabía lo que era ser modelo, no miraba televisión. Entonces para mí siempre fue aprender algo nuevo, ver algo distinto y me divierte y me gusta, por eso soy diferente a lo que todo el mundo cree que son todas las modelos.

-¿Cuál para vos fue la modelo más top profesional con la que has trabajado?

-La primera que vi y me impactó en el Luna Park fue Mariana Arias que salió a pasarela con un vestido a rayas blanco y negro y solo hizo el movimiento de un brazo para un costado con una manga y parecía que flotaba sobre la pasarela y eso me cautivó. Y después Valeria Mazza, Carolina Peleritti, y Ana Paula Dutil. Cada una con su look y estilo único.

-Contaste que tuviste que pasar una situación súper difícil de abuso a los 23 años, ¿cómo fue el día después de que lo contaste?

-No es un caso específico. Suena muy fuerte cuando dicen abusar, la gente se horroriza. Pero creo que es más horrible que lo naturalicemos. Hubo momentos y situaciones incómodas por eso lo digo, pero realmente a mi no me afectó. Ahora porque todo el mundo lo cuenta, yo supe defenderme en un momento, encararlo y solucionarlo. Creo que ahí tuvo que ver mucho mi mamá de cómo me crio ya sabiendo que de entrada hay cosas que están mal y yo no lo viví traumáticamente. Antes, lamentablemente, era común que en un boliche te toquen la cola.

Ingrid Grudke y Martín Colantonio: el amor que nació en una playa de Mar del Plata

Momento de hablar de Martin Colantonio, el empresario marplatense de 48 años. Ingrid Grudke sonríe. Le sonríe el corazón y el alma. Está enamorada. Feliz. “Estamos construyendo una relación muy hermosa”, dice la blonda quien volvió a apostar al amor hace ya 4 años.

-¿Qué te trajo Martín a tu vida?

-Me enseña todo el tiempo. Lo defino como que me trajo paz. Paz en el sentido de que siempre se conversa todo porque así es nuestra relación. No discutimos, la gente no nos cree que no discutimos, si algo nos incomoda o alguna situación o alguna palabra, se habla, pero son muy pocas veces lo que por algún motivo tenemos alguna diferencia, por eso es vivir en una armonía. No hay celos. Hay momentos que él me dice una cosa o yo le digo algo y si al rato lo modifico no hay enojo, ni disgustos. Hay cambios de pareceres y se aceptan. No hay reproches. Vivimos el hoy y el ahora, los momentos, las ganas de cada uno. Yo tengo ganas de hacer esto, él lo otro. Por ejemplo, yo me iba a quedar unos días acá en Buenos Aires pero ahora me quedo hasta el 20 de diciembre porque me salieron películas, notas y un montón de cosas que quería aprovechar para hacer y él se volvió a Misiones porque estamos viviendo juntos ahí. No me dijo “pero si ibas a ir por una semana”, ni nada por el estilo.

-¿Con otras parejas habías sufrido por amor?

-Uno va aprendiendo, cosas que por ahí ya no queres. Siempre que es una pareja, como dice la palabra, que sea pareja, respetarnos, en los gustos, en las decisiones que cada uno quiere tomar, en los trabajos. Que sea armonía. Tampoco creo que nunca sufrí por amor, suena duro pero es la verdad. A mí me gusta tener una persona al lado pero también siempre fui independiente, muy autónoma, muy de decidir lo que quiero hacer. Eso de casarse y tener hijos o llegar a una edad y tener novio porque sí no me parece. Yo nunca me estresé, nunca lo pensé.

-¿Cómo es la historia de amor entre Ingrid y Martín?

-Lo conocí haciendo temporada en verano, en febrero, en Mar del Plata porque él es nacido y criado allá. Él tenía un bar de verano dentro del parador de las playas del balcón, al lado del faro. Yo estaba haciendo temporada de la obra “Como el culo”. Justo llegó mi sobrino Santiago que en ese momento tenía 20 años, con su novia que no conocía el mar, y querían ir a la playa y entonces mis compañeros de obra me recomendaron ese lugar. Y lo conocí ahí, por culpa de mi sobrino (se ríe). Yo venía de salir de una relación y no quería saber nada. Él siempre dice “vi un palito con un short gigante en la playa y no sabía quién era, entonces fui a investigar a ver de dónde salió esta chica”. Y bueno, cuando pasó cerca de mí a él le llamo la atención mi look en la costa y ahí me reconoció pero ya desde que me vio, ya me quería conocer. Pasó por la carpa, se presentó, y después volvimos con mi sobrino pero no me tiraba onda, la hizo bien. Fue sutil. Después me enseñó un poco de surf y ahí me invitó a cenar a su casa, ahí nos dimos el primer beso y empezamos a salir.

-¿Y qué te dice tu mamá de él?

-Mi mamá está chocha y fascinada que tenemos una relación excelente, impresionante porque también nosotros al ir tres meses a convivir a Misiones por el tema de la salud de mi papá el año pasado en agosto, fui a verlo e hicimos cuarentena en la chacra 15 días en el lugar donde me crie. Y Martín empezó a vivir lo que es el día a día de mi provincia, sin el mar, en la selva, con todos los bichos. Empezó a vivirlo y a disfrutarlo, viviendo en la casa de mi infancia por 15 días, después se entusiasmó y nos quedamos tres meses. Yo tengo una mamá muy especial.

-Definila a tu mamá…

-Es un ser de luz, empática, muy de ponerse en el lugar del otro. Ella me ve bien a mí y va a estar bien. Entonces obviamente que si algo no le gusta me lo va a decir porque tengo esa confianza, pero siempre fue una mamá presente y siempre viéndome, si yo estoy bien, y me dejaba ser. Como me veía bien con Martín, me veía que me entendía, encima, ella también al conocerlo pegaron buena onda en ese sentido de que él es muy curioso de aprender y ella le enseñaba todo lo de la chacra, entonces a mí me pasaba que por ahí venia mamá a la chacra donde estábamos nosotros y él preguntaba: "¿el té como se hace?", y se metía en los galpones y los limpiaba. A mi mamá le dicen “Oma”, que es abuela en alemán. Entonces era “Oma esto”, “Oma lo otro”, y se olvidaban de mí (se ríe). Tengo filmadas situaciones en donde están ellos concentrados en la explicación de algo y en aprender uno del otro que a mí me sorprendía y obvio que me gustaba ver eso porque mi pareja se entendió bien con mi mamá. Así es hasta el día de hoy. Viajé a competir a Europa y él en Misiones pasaba por la casa de mi mamá y almorzaba con ella, le preparaba la comida que le gustaba a él. Ambos comemos sano, que tenga que ver con carnes, ensaladas. Comida en base carne, frutas, verduras y legumbres. A él le gusta lo dulce pero no es el fuerte ni de mi mamá ni el mío. Él cocina muy buenas tortas en donde mi mamá aprendía de él. Bizcochuelo, torta húmeda de chocolate y en dos minutos te sacaba una torta. Esas son las cosas que me gustan. Es una pareja igual, me levanto y tengo el desayuno hecho, el que llega primero cocina, no es que es mi tarea o tu tarea, esto tendrían que hacer todas las parejas, no solo la mujer.

-Cuándo salen a cenar, ¿también es una pareja? ¿vos pones la mitad de la cuenta?

-Nosotros es algo que ni lo pensamos. Ahora estoy en Buenos Aires y tenemos el departamento en Misiones. Yo pago mis cosas acá y él las suyas allá, o compro cosas para la casa. Y cuando salimos a él le gusta mimarme, como agasajarme. No me deja pagar nada. No medimos el dinero porque no nos pesa eso como pareja.

-Vos sufriste de joven lo que son las pérdidas familiares, primero con la partida de tu hermano Freddy, y después la de tu papá, ¿cómo los superaste?

-Yo en eso vuelvo a cómo me educaron, la muerte es parte de la vida. Nosotros, los humanos, debemos saber que en algún momento nos va a pasar y nos toca. Sufrimos porque en realidad queremos mucho a una persona y después no la podemos palpar o tocar todo el tiempo. Entonces tenemos como la necesidad de querer estar con esa persona como me pasa con mi hermano, me hubiese gustado seguir disfrutando de él porque era el más chico, teníamos dos años de diferencia y todo lo hacíamos todos. También es cierto que hay cosas que uno lo entiende, tenía una enfermedad muy dura, muy cruel, le tocó y bueno, lo disfruté como hermana el tiempo que tenía que vivir. Siempre supe eso, te duele pero es parte de la vida, es así. Hice todo lo que pude como hermana para disfrutarlo siempre que estuvo. No tengo peso o culpa de que ya no está más o ni hice tal o cual cosa. Lo extraño pero ya está. Si mi mamá puede seguir con la falta de un hijo ¿por qué yo no?

La familia alemana de Ingrid Grudke

Ingrid Grudke es hija de Inés “Oma” Renata (78) y Eduardo Grudke, quien falleció hace un año. "Mi papá sufrió durante 40 años trastorno bipolar. El año pasado murió de alzheimer", aseguró la modelo. Su hermana mayor es Ruth Grudke, diez años mayor que Ingrid, y madre de sus sobrinos Franco (33), Griselda (29), Santiago (25). Después llegó Edith Grudke, de 50 años, madre de Johana (17), y Freddy, el menor de los hermanos, quien falleció en 2015 cuando tenia 37 años, y padre de Nicole (11).

-También contaste en PH que te hubiera gustado tener un papá sano y que tu mamá se bancó llevar adelante una familia…

-Claro. Yo vi como mamá hizo todo para que nosotros estuviéramos bien, que no nos falte nada. Ella siempre se preocupó para que nosotros, sus hijos, siempre tengamos la mejor visión de familia y de un papá posible. Yo admiro mucho a mi mamá, me enseñó muchas cosas y la verdad que es un ejemplo para mí. Tiene la lucha de que si se le presenta algo, lo soluciona, sigue y está bien. La vida se trata de estar bien y no me van a ganar me pongan lo que me pongan adelante. Solución y avance, el objetivo es estar bien, disfrutar y reírme porque mi mamá con todo lo que le pasó, está alegre, se ríe, no es una señora que se deprime, que está triste o te tire pálidas. Hay mucha gente mucho más joven que ella y está lamentándose todo el tiempo porque le duele un poco la cadera y no tuvo que cargar con cosas como cuidar a un marido enfermo durante 40 años.

-¿Hablaste con ella de estos temas?

-Sí, siempre hablo en alemán con ella. Entonces, me dijo después de verme en PH: “Y ella lloró”. Para ella está bien hablar las cosas y decirlas, ¿por qué esconderse? En ese programa todos contaron situaciones tristes y uno se iba poniendo con ese ánimo y me nació decir eso y salió. A mi mamá le parece bien, hay que largar, hay que solucionar, no hay nada que esconder, uno es ser humano y le toca una vida. Obviamente se pone contenta que yo la respete tanto y que esté tan orgullosa por lo que es ella. A cualquier mamá le gusta que su hija esté orgullosa de lo que ella intentó. Para mí hizo un montón.

-¿Tienen alguna tradición familiar de ir al cementerio donde están los restos de tu hermano y tu papá?

-Si, ir al cementerio es tradición. Ella se siente bien yendo a ese lugar. Cuando estoy, la acompaño. Es un momento de paz que uno tiene. Está cerca de la chacra, vamos aniversarios, cumpleaños o cuando surge un domingo. También Martín me ha acompañado.

-Tenes 45 años, ¿qué significa la edad para vos?

-Significa que disfruté un año más de mi intensa vida, a mí no me pesa la edad, nunca me pesó y siento que siempre soy joven, siempre me siento bien. Respeto a la gente que se condiciona por un número pero para mí es solo un número. Es parte de nuestra vida, obviamente, pero a mí no me importa si tengo un tres, un cuatro, un seis, es igual y me encanta festejarlo con la gente que está. En Córdoba festejé mi cumpleaños con mis compañeros de elenco y terminamos siendo 150 sin saber en qué momento pasó eso porque yo invito a todos. Si tengo cumpleaños invito a los del elenco, a los que acomodan, a los boleteros, a todos.

-¿Cómo te cuidas?

-Tengo una base genética obviamente a la cual hay que cuidarla, pulirla y protegerla. El cuerpo es el vehículo en la vida que hay que cuidarlo. Para mí, por empezar es la buena alimentación de toda la vida. Carne, frutas y verduras siempre. Siempre agua, no tomo gaseosas, no fumo, no me drogo. Es fundamental tener consciencia de lo que metemos en nuestro cuerpo. Cuando se habla de la educación en el colegio, debería haber una materia que se llame “salud”.

-Martín es de Mar del Plata pero viven en Misiones, ¿dónde van a pasar el verano?

-En Posadas porque abrimos el negocio que puso Martín, una franquicia de Lucciano´s en la costanera y abre en diciembre y él quiere estar. Vamos a recibir el año nuevo en Posadas, con la energía del río y no del mar pero siempre en familia.

Ph: Christian Beliera
Producción y estilismo: Mariano Caprarola
Asist: Tatiana Lucero
Retoque digital: Gustavo Ramirez
Make up: Sofia del Campo ( @tute.makeup)
Pelo: Guadalupe Murga (@byguadi.hairstyle)
Agradecemos especialmente a
Marian Saud por los vestidos y a Stilettosyl por los zapatos.
Y también a Silkey y litebrush

Estas imágenes fueron tomadas con un moto g30.

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