Hace 50 años hubo una catástrofe que culminó con la vida de 116 niños y 28 adultos. El suceso fue uno de los momentos más complicados del reinado de Isabel II y fue narrado en el tercer capítulo de la tercera temporada de 'The Crown'. La tragedia ocurrió a las 09:15 de la mañana del 21 de octubre de 1966, poco después de que los alumnos de la Primaria Pantglas se congregaran en la asamblea matutina para el inicio de sus clases.
Aquel colapso se convirtió en uno de los capítulos más impactantes de la tercera temporada de la serie que recoge los hechos históricos del período de la corona británica que abarca -aproximadamente- desde 1964 a 1977. De todos los sucesos, la avalancha de Aberfan fue la más impresionante para el espectador y marcó en la ficción el inicio del Príncipe Carlos como un gran orador.
Aberfan, es una pequeña localidad galesa que estaba situada junto a una montaña donde se trabajaba la mina de carbón de Merthyr Vale. Hace 50 años un grupo de niños asistió al cierre de su etapa escolar y, faltando un día para comenzar las vacaciones de verano, una impresionante avalancha de desechos de la mina de carbón abierta en la montaña comenzó a rodar por la ladera y se lo llevó todo por delante: casitas, comercios, granjas.
Por la misma inercia de la caída, se generó una masa de escombros que multiplicó su tamaño hasta convertirse en una pared de lodo de más de 9 metros de altura moviéndose a una velocidad de hasta 50 km por hora. El alud golpeó con violencia a la escuela Pantglas y 19 casas a su alrededor. En pocos segundos el colegio y gran parte del pueblo, quedaron cubiertos por un impresionante manto de 40 mil metros cúbicos de desperdicios.
El resultado de esta tragedia dejó un saldo de 144 muertos en total: 116 de ellos eran alumnos de entre 7 y 10 años, mientras que los 28 restantes eran adultos.
La reacción de la Reina Isabel II sobre la tragedia de Aberfan
Apenas la Reina se enteró de lo ocurrido, decidió que su marido Felipe de Edimburgo fuera en su lugar a la escena de la tragedia. Jamás imaginó que tantos niños muertos convertiría a la catástrofe en un tema nacional de proporciones inmensas. A raíz de esto, la prensa la criticó por su tardanza para acercarse al lugar de los hechos.
Ocho días después de lo sucedido, Isabel II se presentó en Aberfan y lloró por primera vez en público. Hace algunos años atrás, la prensa británica le consultó si se arrepentía de algo durante su reinado a lo que ella reveló: "No haber asistido inmediatamente al lugar del colapso".