Luciana Salazar (40) encontró en Matilda (3) uno de sus deseos más personales cumplido. En una profunda e íntima entrevista que concedió a GENTE el año pasado, la modelo, conductora, bailarina y actriz había hecho un repaso por la crianza de su hija que ya ha demostrado tener talento en distintas disciplinas.
“Matilda es una chica especial. Especial para quien la conoce y especial para quien la descubre”, definió a la pequeña cuenta Salazar. Y argumentó: “Creo que por su historia, por lo que involucró su llegada al mundo, en deseo y en esfuerzo, ella tiene una luz particular. Una luz muy propia, que no podría explicar. Matilda es conquistadora. Seduce a quien quiere. Y eso me hace acordar a mí de chiquita”.
En clave de anécdota, recordó el primer día de clases de Matilda: “La observé mucho esa mañana. Y mientras la maestra hacía mover a todos en ronda, ella le bailaba a uno de sus compañeritos. Lo mismo que hace cuando mamá la lleva a la plaza: persigue a los chicos, les habla, los abraza... ¡Es tremenda!”.
En la misma línea, contó que ambas se levantan muy temprano para comenzar con su rutina “beauty” que le lleva como mínimo unos 40 minutos: “A veces me levanto a las cinco. A las 6:45 desayunamos. Y después siguen los cuarenta minutos de Matilda. Es su tiempo exclusivo para look y pelo”.
Y explicó: “Nunca fui hábil para el peinado, así que durante las vacaciones me quedaba hasta tardísimo mirando todos los tutoriales en redes y en YouTube, hasta que le tomé la mano. ¡Aprendí a hacer varios estilos de trenzas, eh! Es una santa. Mientras mira su i-Pad experimento un peinado distinto. Mientras no se lo corte... ¡Le tiene pánico a la peluquería!”.
“Para vestirse es lo más: tiene medido el tiempo y sabe cuánto le llevará estar lista. Ya reconoce las marcas de las carteras. Hace poco vino un amigo; ella reconoció los monogramas de su morral y dijo: “¡Es de mamá!”. Y al ver zapatos que le gustan grita un “¡Wow!”. ¡Es tan fashionista...!”, destacó de la niña.
Consultada sobre si se siente “preparada” para cuando ella le pregunte por su padre, Luciana contestó sincera que ya había ocurrido y cómo fue su reacción ante ese desafío como madre: “Jamás la escuché decir 'papá' hasta hace un mes. Lo dijo de la nada y me sorprendió. Pero supongo que será por los contenidos infantiles que mira. No creo que tome conciencia de lo que significa”.
“Fue uno de mis temores al tomar la decisión trascendental de ser mamá sola. Fui casi de urgencia a la psicóloga y se lo consulté. Me dijo: 'Luli, los niños son mucho más simples de lo que uno cree. Y mucho más en el contexto social tan amplio en el que crecerá'”, comentó.
Y continuó: “También hablé con las maestras. Ellas ya están preparadas para educar a los chicos en tiempos de crianza monoparental y matrimonios igualitarios. Además, dejé claro que mi hija conocerá su historia a través de mis palabras mucho antes que por vía de cualquier medio. Y será ella quien decida compartirla luego, cuando y como sienta hacerlo. Esperaré la edad en que pueda cuestionar y razonar”.
“Matilda entiende mucho. Desde bebé le hablo como adulta. Absorbe con facilidad y no creo que sea difícil charlar con ella”, consideró.
En cuanto a si existe el pedido de su hija de tener un hermano o hermana, la modelo aclaró que “no pide ni pregunta”. “Es más: no puede ser más celosa. Su madrina, mi tía Evangelina, le regaló un bebé que es su réplica. Un recién nacido tan bien recreado que impresiona. Y lo mira con recelo... Cuando lo tengo en brazos, Matilda desata un escándalo”, desarrolló.
“Hoy, tener más hijos no es para mí una prioridad. Antes sí... Fue una gran necesidad, una súplica: '¡Dios, ayudame! ¿Por qué no puedo?'. Ahora es tiempo de disfrutar de esta bendición. Siendo madre sola no lo veo factible. Porque realmente crío sola a mi hija. No acepto que nadie intervenga en su educación. Choco con mis viejos por eso. No acepto que sean tan permisivos, porque yo voy por la línea de la exigencia”, argumentó sobre su decisión de no tener más hijos tras la llegada de Matilda a su vida.