El 90% de la información que recibimos al conducir nos llega a través de la vista. Debido a los continuos cambios de condiciones del tráfico (entorno, posición relativa, orientación, velocidad, dirección…) el conductor realiza constantes ajustes de su foco de visión para poder comprender lo que le rodea y tomar las mejores decisiones de conducción. Es por eso que una buena visibilidad y estrategia de exploración visual son clave para aumentar la seguridad al volante.
Con una serie de consejos básicos sobre cómo mirar cuando se conduce se pueden evitar accidentes y reducir sus consecuencias. Veamos...
MIRAR A LO LEJOS
Mirar al frente y a lo lejos –no solo a lo que sucede justo por delante del capó- ayuda a mantener la trayectoria sin necesidad de hacer constantes correcciones en el volante.
Más importante aún, permite anticipar todo lo que pueda suceder por delante y tener un valioso tiempo de reacción para evitar un accidente.
Los conductores noveles e inexpertos, por ejemplo, invierten la mayoría de sus esfuerzos en mantener el coche dentro de la carretera, pero lo hacen con una estrategia visual errónea: mirando constantemente a la derecha y hacia las zonas más próximas a la parte frontal de su vehículo. La habilidad de mirar bien al frente hay que entrenarla.
BARRIDOS VISUALES
Con solo mirar a lo lejos se obtiene información de lo que pasa a izquierda y derecha del vehículo, y entre el capó del coche y el punto hacia donde se apunta la mirada. Por este motivo es necesario realizar barridos de mirada transversales y longitudinales para detectar personas u objetos que se puedan cruzar en la trayectoria.
VISIÓN PERIFÉRICA
Es la que se hace al ver por “por el rabillo del ojo” mientras se conduce, es decir, la capacidad de captar y reconocer lo que sucede alrededor del objeto o punto concreto sobre el que se ha fijado la visión. El campo de visión normal es de unos 120º y la visión periférica permite tener un campo de hasta 180º. Es una habilidad que también puede entrenarse y que suele estas más desarrollada en personas que practican deportes de equipo.
EL EFECTO TÚNEL
Hay que tener en cuenta que la velocidad reduce el campo de visión normal. A mayor velocidad llega al cerebro más cantidad de información por segundo. Para poder procesarla, la mente limita esa información descartando la menos importante por estar más lejos del foco de atención y más a los extremos del campo visual. Eso provoca el llamado “efecto túnel” que provoca, por ejemplo que a 130 km/h el campo de visión sea solo de 30°.
EL FENÓMENO DE FIJACIÓN DEL OBJETIVO
En momentos de tensión se tiende instintivamente a dirigir el vehículo hacia el lugar al que apunta la vista. Y en una situación de riesgo, ese lugar suele ser el más peligroso. Al volante hay que ser conscientes de este fenómeno llamado “fijación del objetivo”, y tener la mente fría para dirigir la vista, y el vehículo, hacia los puntos de escape de una situación de peligro.
EVALUAR EL ENTORNO
Circular rodeados de vehículos, personas, animales… todos ellos con sus trayectorias, preocupaciones y movimientos. Conducir de forma segura implica “ir con mil ojos” y evaluar constantemente todo el entorno para detectar posibles amenazas y estar prevenido frente a ellas. Hacer una buena evaluación de eso facilita la “conducción defensiva” para poder actuar previendo los posibles errores o problemas de los demás.
VER A TRAVÉS DE OTROS COCHES
No se trata de súper poderes, sino de saber mirar a través de los cristales de los vehículos que están adelante. Muchas veces esto se hace instintivamente. Mirar a través de los otros vehículos permite anticipar acontecimientos, por ejemplo, ver las luces de frenado de un coche que está mucho más adelante.
ATENCIÓN A LOS ÁNGULOS MUERTOS Y ZONAS OSCURAS
Hay objetos y situaciones que se escapan al ángulo de visión por diferentes motivos. El más común es el denominado “ángulo muerto” de los retrovisores, que es la zona que no alcanzan a recoger por el propio diseño del coche. Especialmente sensibles a introducirse en estos ángulos muertos son las motocicletas, cuando circulan entre hileras de vehículos. La mayoría de los automóviles modernos ofrece -de serie o como opción- un sistema con alertas visuales o sonoras que indican la presencia de objetos en ese ángulo muerto.
DESLUMBRAMIENTOS
Ya sea por el sol, o por las luces de otro vehículo por la noche; un deslumbramiento puede cegar momentáneamente al conductor. En esas situaciones lo primero es no mirar directamente a la fuente de luz y dirigir la vista hacia una referencia que permita seguir circulando sin salirnos del carril. Lo mejor suele ser bajar la vista hacia la derecha y buscar la línea de la carretera o el borde de la banquina.