El Día Mundial de la Higiene se celebra cada 3 de septiembre. La conmemoración surgió con el propósito de llevar a cabo un correcto protocolo de higiene personal y principalmente estos últimos años con la pandemia. El contexto por el Covid-19 visibilizó la importancia de la higiene en manos e hizo notar algunos hábitos cotidianos incorrectos.
La incorporación de los nuevo hábitos de higiene a raíz de la pandemia son beneficiosos para el cuidado personal y para prevenir enfermedades. Sin embargo, aún hay costumbres vinculadas a la limpieza íntima que no son para nada recomendables.
Estos son los cinco hábitos incorrectos en la higiene personal que todos hacemos durante el día a día y que debemos empezar a cambiar o directamente eliminar:
Utilizar hisopos para limpiar los oídos
Erróneamente la cera de los oídos es considerada una señal de suciedad. Sin embargo, es un síntoma de buena salud auditiva ya que protege a la oreja de infecciones y tiene propiedades antibacterianas. También evita la entrada de polvo y la irritación de los tejidos de la oreja. El uso de hisopos para la limpieza del oído es peligroso ya que cuando introducimos el bastón en la oreja, empujamos la cera hacia dentro y creamos un tapón que aumenta el riesgo de infecciones.
Usar mucho dentífrico para cepillarse los dientes
La cantidad de dentífrico para cepillarse los dientes debe ser muy pequeña. En niños de entre cero y tres años hay que usar pasta del tamaño de un grano de arroz, y en los niños mayores del tamaño de un guisante. En adultos, la cantidad puede ser superior, del tamaño de un garbanzo como referencia. En general no hay que utilizar demasiada cantidad dado que puede producir infecciones en las encías.
Ducharse todos los días
Durante el verano la ducha diaria es necesaria debido al calor y a la transpiración. Pero, además del cuidado del medio ambiente, existen otros motivos por los cuales se recomienda reducir los baños. Los especialistas afirman que la piel no necesita ser lavada todos los días y que la ducha diaria responde a un hábito sociocultural más que a un tema dermatológico. El riesgo de ducharse con demasiada frecuencia es que puede dañar la primera capa de piel y ocasionar su pérdida.
Ducharse con agua muy fría o muy caliente
No es recomendable ducharse con agua demasiado fría ni demasiado caliente. Las temperaturas altas hacen que la piel se vuelva ultra sensible y se producen picores e intolerancias. Por su parte, el agua demasiado fría seca la piel. Los doctores recomiendan bañarse con agua templada.
Depilarse los genitales
Quitarse el bello de los genitales no es recomendable dado que tienen la función de proteger la zona contra el roce inevitable que se produce en las relaciones sexuales. Además, la depilación tiende a lastimar la piel y se pueden generar infecciones que luego derivan en enfermedades de transmisión sexual.
