Este martes se conoció la triste noticia de la muerte de Charlie Watts, baterista de los Rolling Stones, que se despidió de este mundo a los 80 años. Según el comunicado difundido por la banda, el músico que estaba internado, "se fue en paz y acompañado por su familia".
El legendario baterista pasó sus horas finales junto a Shirley Ann Shepherd, quien fue su mujer durante 57 años, y amó hasta el último día de sus vidas. Una verdadera compañera de ruta de Charlie Watts.
La historia entre Shepherd, de 82 años, y Watts es bien llamativa y de larga data ya que conoció al músico antes de que se formara The Rolling Stones. El grupo realizó sus primeros shows a principios de la década de 1960 y la pareja se casó en 1964.
En 1968 la pareja tuvo a su primera y única hija, Seraphina, que les dio una nieta llamada Charlotte y quienes lo conocen dicen que era la luz de los ojos y que el baterista de los Stones estaba perdidamente embobado.
La mansión de Playboy no pudo con la fidelidad a su esposa
Ni las groupies - como se conoce a las fanáticas que siguen a los artistas - ni las modelos, ni la mansión de Playboy apartaron a Watts de su mujer. Según publicó el diario The Sun, una de las historias más icónicas en torno a Charlie Watts y la fidelidad a su esposa, tiene relación con su visita a la Mansión Playboy.
Durante un viaje a Estados Unidos en 1972, los integrantes de The Rolling Stones fueron invitados a a hospedarse a la mansión de Hugh Hefner. Sin embargo, Watts se pasó toda la estadía encerrado en la sala de juegos de la icónica propiedad, mientras sus compañeros de banda se divertían en la fiesta.
El día que Charlie Watts y Shirley Shepherd casi rompen con su matrimonio
Charlie Watts confesó que hubo una época en la que estuvo cerca de perder a su esposa. Durante la década de los ochenta, cayó en las drogas y en el alcohol, provocando la distancia en su relación.
"Creo que fue una crisis de mediana edad. Lo único que se es que me convertí en una persona completamente diferente en 1983 y salí de eso en 1986. Casi perdí a mi esposa y todo lo demás por mi comportamiento", confesó el baterista.
Antes de su lamentable fallecimiento, Charlie Watts y Shirley vivieron en Dolton, una granja ubicada en una aldea rural en el oeste de Devon, Inglaterra, donde ella lo acompañó en sus últimos días.