Más de dos meses han pasado ya de la desaparición de Guadalupe Lucero. Desde aquel 14 de junio en que la nena de 5 años se esfumó de la puerta de la casa de una tía, en San Luis, no hay ningúna hipótesis certera sobre su paradero. "Que no se apague el nombre de Guadalupe". Es el reclamo desesperado de una madre que desde el día uno pide que no dejen de compartir la cara de su hija.
Se realizaron 419 allanamientos y se rastrillaron 1221 sectores. Hubo secuestro celulares, peritajes de computadoras y citaciones a declarar, pero sin ningún resultado.
Además, la causa ya tiene al menos 36 cuerpos y se han tomado 577 declaraciones. Se han procesado más de 160 denuncias que llegaron por los números telefónicos 911 y 134, información que es chequeada por la Policía Federal.
“Ya pasaron dos meses y la angustia crece. Todo sigue siendo incertidumbre, y no tener nada de Guadalupe es muy desesperante realmente”, expresó días atrás Eric Lucero en diálogo con TN y siguió: “Por el momento no hay ninguna novedad, seguimos igual que al principio. No tenemos ningún indicio ni tampoco ninguna pista que nos lleve al paradero de Guadalupe”.
La de Guadalupe Lucero Cialone “es una desaparición con motivo desconocido que abre un abanico de posibilidades delictuales, por lo que hay que investigar todo lo que surge”, dijo a El Diario de La República una fuente de la investigación.
Según publicó el medio puntano, entre las medidas en curso está la preparación de la Cámara Gesell para que a la brevedad declare una joven con discapacidad que estuvo junto a Guadalupe y sus primos al momento de la desaparición.
Dado que tiene dificultades para hablar, a su primer testimonio lo dio por intermedio de su madre. La idea es que ahora, tras un trabajo conjunto de personal especializado del Ministerio de Salud, de la Secretaría de Mujer, Igualdad y Diversidad y de la Cámara Gesell del Poder Judicial, se le pueda tomar nuevamente declaración, con vistas a obtener más detalles.
Por el momento la familia y los investigadores se aferran al hecho de que no hay ninguna evidencia de que la niña no siga con vida.
Las críticas a la policía y al gobierno de San Luis, entre los familiares y las organizaciones que convocan a la marcha de este sábado, se basan en la repetición de operativos en los mismos lugares ya examinados.
La causa
La niña desapareció, se la llevó aparentemente una mujer “vestida de negro”, cuando estaba jugando en la vereda de la casa de una tía suya, en el barrio 544 Viviendas, de la capital provincial. Esta semana se realizaron, una vez más, allanamientos en viviendas ubicadas en las manzanas que rodean el lugar donde Guadalupe fue vista por última vez. La reiteración provocó el repudio de muchos vecinos que ya pasaron varias veces por la misma requisa, sin explicación que justificara los nuevos procedimientos.
Las hipótesis que se fueron tejiendo en las primeras semanas, como el secuestro extorsivo, la supuesta venganza de una banda narco o incluso la de la posible existencia de una red de trata que se llevó a la criatura, se fueron diluyendo por la falta de datos concretos que las siguieran sustentando.