La China Suárez (29), que en realidad se llama Eugenia, le debe su famoso apodo a su madre, Marcela Riveiro Mitsumori. La descendencia japonesa que heredó la actriz de parte de su mamá fue lo que le valió su sobrenombre. “Es muy largo 'Japonesa'. A mamá le decían 'Ponja', pero no es muy tierno. 'China' me da más dulce”, había explicado en una entrevista sobre la elección.
"Japanese blood (Sangre japonesa)Tío abuelo/ Tía abuela/ Bisabuela Masae/ Mi mamá/ Abuela Seiko Mitsumori/ Abuelo argentino”, había escrito la artista en una de sus publicaciones de Instagram donde detalló cómo se conforma su árbol genealógico. Su abuela materna, Marta Mitzumori, fue hija de inmigrantes japoneses.
Más allá de sus raíces, Suárez también heredó la belleza y la fuerte conexión con la maternidad. Desde que se convirtió en madre de Rufina, Magnolia y Amancio, su madre se ha vuelto inseparable de ella y sus nietos.
Fue hace tan solo algunos años que presentó públicamente a Marcela a través de sus stories de Instagram en eventos festivos, vacaciones compartidas y fechas conmemorativas.
En uno de los cumpleaños de su hija, Marcela asistió y se dejó fotografiar por la prensa. En esa ocasión sorprendió por el increíble parecido con Eugenia. Allí lució un outfit total black: vestido con detalles de plumas en las mangas, leggins negros, botas de caña corta, cinto plateado y un sobre.
China Suárez y los viajes compartidos con su madre
Si bien la maternidad y los compromisos laborales le han dificultado tener un trato más seguido con su madre, la China aprovecha cada viaje que puede realizar para ir acompañada de ella. En febrero del año pasado, compartió su estadía en Londres con ella y su hija Magnolia.
"Falta Rufi. Tres generaciones", escribió la actriz en sus stories junto a la postal donde se la ve sonriente junto a su madre y la hija que tuvo con Benjamín Vicuña. Además, reflexionó: "Poder viajar con tu mamá y devolverle algo de todo lo que hizo por vos".
Marcela Riveiro, una abuela protectora
En algunas oportunidades, Suárez debe ausentarse por periodos largos en su casa a raíz de las extensas jornadas de grabación que implican ciertos proyectos de ficción. En ese contexto, el rol de Marcela es determinante ya que ella es la encargada de cuidar y acompañar a sus tres nietos mientras su hija se encuentra en el trabajo.
"Con mis pollitos a trabajar. Abuela amada", había escrito la actriz junto a una adorable fotografía de su madre abrazando a Rufina y Magnolia.
Una madre presente en cada detalle
A fines de enero de este año, Agustín Suárez, hermano de la actriz, se casó con Pau Fukuhara. Siempre activa en sus redes sociales, Eugenia compartió varias postales de la íntima y especial ceremonia que se realizó en el registro civil.
“Y un día se casa tu hermano. Toda la felicidad del mundo. Te quiero”, manifestó en una de las fotografías en blanco y negro que subió en sus stories. Pero no hay dudas que una de las imágenes más conmovedoras del evento es de la previa a dar el "sí, quiero" donde se la ve a Marcela retocando los detalles del chaleco negro que lució su hijo en su boda.
Guillermo Suárez: el dolor de la pérdida en la familia
En medio de la cuarentena estricta por el coronavirus en 2020, Eugenia revisó el baul de los recuerdos y encontró emocionantes imágenes de su infancia. En ese sentido, publicó en sus redes sociales una imagen familiar el 2 de julio, el día que su padre Guillermo Suárez hubiera cumplido años.
"Feliz cumple,pa. Por acá abajo no te estás perdiendo nada, el mundo está dado vuelta y hay un virus de mierda del que poco se sabe. Tenés 2 nietos, casi tres que amarías, y te amarían", expresó sincera en la descripción de la foto retro donde se la ve a ella, su hermano y sus papás.
"Y vos Coco, ¿que le vas a regalar a tu papá para el dia del padre? Papá, yo te voy a regalar mi corazón respondí. Hoy te pido que me devuelvas la parte que te llevaste, así algún día puedo estar completa de nuevo. Nunca dejo de extrañarte", fue uno de los tiernos mensajes que escribió la China para su padre.
Guillermo falleció en 2012 cuando la actriz se encontraba de vacaciones con su ex pareja Nicolás Cabré y embarazada de Rufina. En aquel momento, no asistió a la despedida de su padres y tiempo después reveló que se arrepintió de no haber ido: "Yo no podía escuchar ni el parte médico. No podía creer lo que me estaba pasando. Hoy reaccionaría de otra manera seguro, sí... Pero es lo que pude y no me voy a castigar por eso toda la vida".
"Las fichas me cayeron más tarde como muchas cosas que me pasaron en la vida, que pienso, y digo 'si me hubiese pasado ahora hubiese reaccionado distinto'. Hice lo que pude en ese momento, sin justificarme. Y le dije todo lo que quería decirle y sigo conectada con él", agregó convencida.