Lío Pecoraro habló con Los ángeles de la mañana (El Trece) sobre su estado de salud después de vencer una leucemia promielocítica. Muy feliz por su recuperación, el periodista contó cómo vivió el proceso y qué fue lo que lo mantuvo a salvo.
En un primer momento, Pecoraro empezó a tener algunos problemas de memoria y, una tarde en el estacionamiento de El Nueve, el conductor pensó que había sufrido un ACV porque le costaba recordar nombres y lugares.
Luego de hacerse varios estudios, un hematólogo le confirmó el diagnóstico: "Al principio pensé que tenía un ACV. Cuando me dijeron que tenía leucemia el mundo se me vino abajo", recordó.
"Fue todo una vorágine y me dijeron que tenía tratamiento que constaba de cuatro etapas", agregó y remarcó que él siempre decretó que se iba a curar desde que puso un pie en el Hospital de Clínicas que es donde estuvo internado y aún continúa con los tratamientos.
"Mi hematólogo me dijo que me iba a curar. Cuando me interno y estuve en terapia intensiva, me agarré una bacteria y estuve a punto de morirme", relató sobre el principio del tratamiento que vivió.
Luego, iba pasando las etapas que incluyeron quimioterapia y el trasplante de médula que donó su hermana y él se aferró a su decreto y confió en los médicos: "Yo recibí tanto cariño . Me aferré a mi decreto y no puedo descartar la labor de los médicos, el cariño de todos los médicos. Nunca me sentí enfermo ni me victimicé", contó.
