La sola mención de Ferrari remite a deportividad, exclusividad y, sobre todo, prestigio. Estos atributos son el fuerte de la compañía fundada por el italiano Enzo Ferrari a fines de la década de 1920 y por eso los protege de tal manera que no duda en demandar a aquellos clientes que se atreven a cambiar el diseño de sus modelos sin su autorización o intervención.
El ejemplo más recordado tuvo como protagonista a Deadmau5, el DJ y productor musical. En 2014 Deadmau5 compró una Ferrari 458 Italia Spyder a la que decoró con un gato pixelado sobre una suerte de arco iris. Además, le modificó los emblemas y en los lugares donde debía lucirse los de Ferrari se leía Purrari haciendo referencia a “purr”, la onomatopeya empleada para el sonido gatuno en inglés.
Esta situación motivó a Ferrari Norte América, la filial estadounidense de la marca italiana, a enviarle una carta documento solicitando que le coloque los emblemas originales o directamente elimine cualquier cosa relacionada con la firma entendiendo que el músico estaba aprovechando su imagen para tener más promoción.
El reclamo quedó en una simple anécdota porque unas semanas antes de recibirlo, Deadmau5 vendió el deportivo, al que previamente había dejado en su estado original.
La marca de Maranello también demandó en 2008 al inglés Dan Cawley, quien creó una limusina basada en una Ferrari 360 Modena. Básicamente, añadió una zona central fabricada en fibra de carbono para alargar la carrocería hasta los seis metros. Lo más grave de la modificación y lo que puso de los pelos a los ejecutivos de Ferrari es que mantuvo los anagramas de la marca.
En 2019 Ferrari también fue contra el dentista brasileño Vitor Esteban, aunque su caso fue muy singular. En sus ratos libres se dedicaba a fabricar el auto de sus sueños: La Ferrari F40.
Después de muchos años terminó la réplica, que construyó usando partes de diferentes autos, y la puso en venta. Cuando la marca italiana se entero de la creación de Esteban no dejó pasar la oportunidad y lo denunció a la justicia brasileña por haber plagiado el diseño de su mítico modelo.
Ahora Ferrari le estaría apuntando al dueño de una Ferrari F8 Tributo que anda por Estados Unidos y que está ploteada de color turquesa y con el logo de Dogecoin, una de las criptomonedas que circulan por esos días.