Wanda Nara y Maxi López, luego de haber pasado por el altar en 2008, se separaron en 2013 en medio de un escándalo. Ella lo acusó de infiel y más tarde comenzó una relación con Mauro Icardi, por entonces amigo de López. Desde entonces a esta parte viven en pie de guerra y en el medio aparecen Valentino, Constantino y Benedicto, los hijos que tienen en común.
El domingo 19, en pleno Día del Padre, se abrió una nueva batalla luego de que Maxi acusara a Wanda de impedirle ver a sus hijos. Según sus palabras, hace 10 meses que no los ve y responsabilizó de esto a su expareja.
Ante esto, Ana Rosenfeld, amiga y abogada de Nara le contó a la periodista Laura Ubfal que fue instruida para iniciar acciones legales. La empresaria contradice al futbolista y sostiene que las puertas de su casa están abiertas para cuando él quiere ver a los menores. “Son dichos difamatorios. Lo escribió en las redes para que los medios españoles lo levanten para lastimar así la imagen de Wanda”.
Qué dice el contrato que firmaron hace 8 años
Fue en diciembre 2013, cuando Wanda armó las valijas y regresó a Argentina con los nenes. En Ezeiza, recién llegada, confirmó la separación. Casi inmediatamente, en febrero de 2014, firmaron el divorcio a través de sus abogados, ellos no asistieron.
Allí se realizó también la división de bienes y se incluyeron otras cláusulas, como el régimen de visitas y la cuota por alimentos. En este punto, según informó BigBang, López se había comprometido a pagar una cuota mensual de 12 mil euros para los gastos por alimentos, escolaridad, indumentaria y demás.
Sin embargo, de acuerdo a la información que nace desde el entorno de la mayor de las Nara, el delantero llegó a un momento en el que dejó de hacer los depósitos y que le debe los últimos tres años. Dejó de pagar y, a esta altura, la deuda supera el medio millón de euros.
Por otro lado, en 2019, luego de su paso por PH, Podemos hablar, Maxi contó que hay un acuerdo firmado por el régimen de visita, pero en la misma línea remarcó que la madre de sus hijos no lo cumple. Acá, de acuerdo al medio mencionado, el contrato dice que la primera semana de cada mes los chicos deben pasar con su padre. El convenio también hablar de coincidir en Argentina durante junio para poder compartir el periodo de vacaciones.
Todo esto se cumplió apenas un puñado de veces y de los dos lados exponen sus motivos. Se culpan, se tiran en cara, pero no llegan a un punto en común más allá del acuerdo y de que la Justicia debería intervenir si alguno de los dos informa el incumplimiento, como sí lo han hecho en reiteradas ocasiones.
