Desde el inicio de la pandemia, los síntomas que puede padecer una persona para darse cuenta si está cursando un cuadro de coronavirus son conocidos como el abc de la medicina en estos tiempos. Sin embargo, el verdadero enigma lo representan los asintomáticos.
Casos en que las personas recién se enteran de que estuvieron contagiados cuando se atienden por alguna afección que antes no tenían. Y, pese a que es difícil determinar qué porcentaje representan, en la ciudad de Buenos Aires ya se reveló que la mitad de los positivos que están detectando son asintomáticos.
Algunos de esos asintomáticos logran descubrir que estuvieron infectados cuando se realizan un test de anticuerpos semanas después. Pero otros recién llegan a esa conclusión cuando se atienden por alguna dolencia que antes no tenían.
En Estados Unidos se acaba de publicar el informe más grande hasta la fecha sobre pacientes recuperados de coronavirus. Allí se descubrió que casi una cuarta parte de ellos tuvo que ir al médico después de curarse por algún motivo nuevo, como dolores corporales, hipertensión, problemas para respirar, malestar general y fatiga, entre otros. El 19% había cursado la enfermedad de manera asintomática.
Alejandro Guillermo Andersson, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires (INBA) recibe a pacientes que sufrieron Covid-19 en el último año. Desde su experiencia, hay cuatro dolencias mayoritarias: “Los pacientes llaman por dolor de cabeza, falta de energía, problemas cognitivos [la famosa niebla mental] y pérdida de gusto y olfato”, explica.
La mayoría de estos síntomas están englobados dentro del llamado “long covid”, definido como la gama de síntomas que pueden durar semanas o meses después de haber sido infectado, incluso si la enfermedad fue leve o no tuvo síntomas.
El Centro para el Control y Seguimiento de Enfermedades estadounidense (CDC) estableció 13 afecciones para el Covid-19 prolongado, que van desde los mareos al ponerse de pie hasta las palpitaciones.
En octubre pasado, el propio Andersson se sorprendió al enterarse que él mismo había tenido coronavirus sin saberlo, cuando se hizo un test de antígenos al volver de un viaje, sin haber padecido ningún síntoma.