Los casos se asemejan por la crueldad extrema de los asesinos menos pensados. Mientras el mundo entero no sale de la conmoción por el caso de Anna (1) y Olivia (6), las niñas de Tenerife que fueron secuestradas y asesinadas por su padre, el caso del triple homicidio de Colorado reconstruido por la plataforma de streaming marca un perturbador paralelismo con la tragedia española.
Las desaparición de las niñas de Tenerife el 27 de abril pasado ha sido seguida minuto a minuto por los españoles como un thriller policial. Día a día, los indicios indicaban que la historia tendría un trágico final, que finalmente salió a la luz el jueves pasado, cuando el cuerpo de Olivia fue encontrado en el fondo del océano adentro de una bolsa deportiva atada a un ancla. Al lado, otra bolsa vacía en al que se presume estaba el cuerpo de su hermana menor.
Cada día se revelan detalles del siniestro plan de Tomás Gimeno para matar a sus hijas y enterrar en vida a Beatriz Zimmerman, su ex pareja y madre de las niñas. En tanto, los investigadores continúan con la búsqueda de Anna y de Gimeno.
Por su parte, el documental de Netflix, estrenado en octubre del año pasado, desnuda una tragedia tan horrorosa como la de Tenerife. Se trata de “El caso Watts: el padre homicida” que sacudió a la población de Colorado, en Estados Unidos.
“Es lo mejor que me pasó en la vida” , dice una joven e ilusionada Shanann mientras baila con Chris, su flamante marido. Las imágenes se mezclan con otras más actuales, de un Watts más delgado, que recorre la enorme casa que comparte con su mujer y sus dos pequeñas hijas, que han desaparecido sin dejar rastro.
Así arranca el documental de la plataforma de streaming dirigido por Jenny Popplewell para reconstruir el terrible asesinato. Un formato que le ha dado resultados con casos similares, como el de Madeleine McCann, que se estrenó en 2019.
El 13 de agosto de 2018, Shanann Watts y sus dos hijas Bella y Celeste, de 4 y 3 años respectivamente, desaparecieron de su casa de la localidad de Frederick, al norte de Denver, en el estado de Colorado. Poco tiempo después, el marido de Shanann y padre de las dos niñas, Christopher Watts, confesó que las había asesinado.
Los cadáveres de las tres víctimas fueron encontrados en un descampado cercano a un campo petrolero donde trabajaba Watts. Su esposa estaba enterrada en un foso y las dos niñas dentro de dos tanques de aceite.
El triple homicida fue bautizado por la opinión pública, una vez descubiertos sus horrorosos delitos, como "el monstruo de Denver".
El juicio a Chris Watts se realizó en noviembre del mismo año. Allí, el fiscal presentó la hipótesis de que el crimen se habría desencadenado porque el hombre, casado desde el año 2012, habría conocido a una mujer más joven con la que tenía un romance y con quién pretendía iniciar "una nueva vida".
La mujer, que salía con Watts desde julio, explicó al FBI que él no llevaba un anillo y que le había dicho que era divorciado. Según informaba entonces Univisión, en cuanto supo de la desaparición de su esposa y de sus hijas acudió a las autoridades para aportar información que pudiera ayudar.
Watts fue condenado a triple prisión perpetua por sus crímenes. Además, la pena contempló 48 años por haber interrumpido un embarazo y 36 años por la manipulación de los tres cadáveres.
En el caso de Tenerife los investigadores manejan la hipótesis que Gimeno se había suicidado tras cometer una venganza vicaría contra su ex mujer. Por lo que no le llegará castigo, en esta vida.