Una, dos, mil, diez mil. Basta. Ni una menos. El 10 de mayo de 2015, el asesinato de la adolescente Chiara Paez a manos de su novio fue el polvorín que hizo estallar un reclamo desesperado de miles de mujeres.
“Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales... mujeres, todas, bah... ¿No vamos a levantar la voz? NOS ESTÁN MATANDO”, escribió la periodista Marcela Ojeda tras el hallazgo del cuerpo de la joven de 14 años.
Fue un punto de inflexión frente la cantidad de caras de mujeres que empapelaron carteles de búsqueda desesperadas y terminaron formando parte de las aterradoras cifras de femicidios en el país. En lo que va de 2021 se registraron 94 femicidios.
Según la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en la Argentina muere una mujer cada 35 horas vícitma de la violencia machista. En 2020 hubo 251 víctimas directas de femicidio. Durante la pandemia del coronavirus, abril fue el mes en el que más muertes se registraron, el primero completo de confinamiento por las medidas sanitarias.
El organismo que registra las causas existentes en cada provincia existe hace apenas seis años, después de que fuera uno de los reclamos de la primera movilización de Ni Una Menos. Ningún organismo del Estado producía hasta entonces cifras oficiales sobre violencia machista. El Poder Judicial presentó la primera edición del registro en el primer aniversario de esa manifestación y lo hace cada junio desde 2016.
El caso que encendió el reclamo
El homicidio de Chiara fue el caso que impulsó una lucha que continúa y que aún hoy registra cifras estremecedoras. La joven de 14 años estaba embarazada y fue asesinada a golpes por su novio de dieciséis años. El asesino la enterró, se sospechaba que con la complicidad de su familia, en el patio trasero de la casa de los abuelos.
A seis años del femicidio, la Corte santafesina aún no resolvió la apelación del fallo por el que el novio de la joven, Manuel Mansilla, fue condenado a 21 años y 6 meses de prisión.
La madre de la joven dijo que la demora judicial “es una falta de respeto, más allá de toda esta situación de pandemia, porque van seis años de lo de Chiara”.
La sentencia de primera instancia que encontró a Mansilla como responsable penal de su asesinato fue confirmada el 2 de marzo de 2018 por la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Rosario.
El joven, que al momento de los hechos era menor de edad, fue condenado un año después –en septiembre de 2017, cuando ya era mayor- a 21 años y seis meses de prisión, en una sentencia dictada por el juez Javier Prado y confirmada por un tribunal de alzada en marzo de 2018.
Chiara Páez desapareció la madrugada del 10 de mayo de 2015 luego de salir con un grupo de amigas y decirles que iba a encontrarse con su novio, Mansilla, que entonces tenía 16. El cuerpo apareció horas después enterrado en el patio de la casa familiar de Mansilla, quien según las pericias la mató a golpes.
La autopsia determinó que Chiara había tomado un antiflamatorio utilizado para abortar, pues cursaba un embarazo de ocho semanas que su madre había aceptado, pero que la familia de su novio no quería continuar.
“A Chiara la encontraron en esa casa, en ese pozo, en ese patio, y que la Justicia todavía tenga tantas vueltas, a seis años que no tengamos una sentencia firme, la verdad es que me duele”, dijo Camargo.