Agustina Fontenla, la joven repostera que cautivó al público en la segunda temporada del programa Bake Off, falleció esta madrugada a los 31 años debido a un agravamiento del cuadro de coronavirus. La participante que había quedado segunda en el certamen tras la descalificación de Samantha Casais estaba internada en terapia intensiva en una clínica de Viedma, provincia de Río Negro.
“Agustina Soledad Fontenla falleció en Viedma a los 31 años. Su familia participa del fallecimiento y comunica que sus restos serán trasladados a Parque de Paz para su cremación”, dice el comunicado que difundió su familia esta mañana.
Agustina Soledad Fontenla había sido intubada en las últimas horas del miércoles. Su fallecimiento representa la muerte número 57 en San Antonio Oeste por covid, y el deceso 1732 en la provincia. El padre de una de las participantes más queridas del reality de repostería emitido en 2020 había destacado el trabajo del personal de terapia "por el profesionalismo y la humanidad que, en medio de la pandemia y a pesar de la sobre saturación, nunca perdieron el trato especial para con los pacientes".
Quién es Agustina Fontenla, fallecida tras el agravamiento de su cuadro de covid
Tras recibirse como abogada en 2015, Agustina comenzó en el mundo de las leyes pero a poco de ejercer se sintió atraída por la cocina y empezó a incursionar en la pastelería. Al ver sus dotes como repostera, una amiga le sugirió que se presentara al casting de Bake Off. Acompañada por su novio, quedó seleccionada en la versión argentina de El Gran Pastelero Británico, emitido por primera vez en agosto de 2010.
“Los últimos finales de la carrera me la pasé llorando porque yo quería cocinar. Entendía todo el esfuerzo de mi familia para mandarme a estudiar y no era tiempo de cambiar”, contó hace tiempo la pastelera, quien era muy amiga de Damián Ezequiel Basile.
“Todo el mundo me decía que cuando empiece a trabajar, se me iba a pasar. Nunca se me pasó”. Con esa confesión había conmovido al jurado del programa conducido por Paula Chaves.
¿Qué fue de su vida tras ser eliminada del reality?
Gracias a la popularidad que ganó, Agustina pudo dedicarse por completo a lo que más amaba. Había comenzado con su propio emprendimiento de pastelería donde vendía sus productos, daba cursos y compartía recetas en su Instagram.
Vivía en San Antonio Oeste y pasaba sus días entre su taller de pastelería, bautizado Arte y azúcar, su familia, su pareja, el docente de inglés Nicolás Schmollinger, y sus perros.