OK Computer, la obra maestra del rock alternativo de los noventa, cumple 24 años de historia. Lanzado el 21 de mayo de 1997, el rupturista álbum de Radiohead, refleja las ansiedades, paranoias y obsesiones de Thom Yorke. "Fue el disco donde tiraron todo por la ventana", recordó hace unos años su amigo Michael Stipe.
"Re imaginaron y descontextualizaron lo que era ser una banda. Fue un impulso anhelante, emotivo y fundamentado de crear algo real", analizó el líder de REM. En palabras del bajista de Radiohead, Colin Greenwood, la "falta de experiencia" hizo que sea "algo fantástico". "Cuando tenés 24 o 25 años creés que podés hacer cualquier cosa", sentenció.
Por entonces, tal como recordaron los miembros de la banda en un especial de Rolling Stone "las giras era tocar para una audiencia llena de chicas adolescentes desesperadas".
La grabación en una mansión embrujada
La grabación del álbum que contiene canciones como Karma Police fue en el St. Catharine's Court de Inglaterra, donde vivieron situaciones paranormales. "Los fantasmas me hablaban mientras dormía. Llegó un punto en el que a la mañana, cuando me levanté de una noche llena de voces, decidí que tenía que cortarme el pelo. Lo iba a hacer usando unas pequeñas tijeras pero todo se volvió un lío y me corté un par de veces. Bajé las escaleras y todos estaban como 'Uh, ¿estás bien?' Y yo: '¿Qué pasa?' Phil, gentilmente, terminó de raparme", reveló Yorke cuando el disco cumplió 20 años.
El proceso estuvo marcado por las paranoias de su líder, que contó que "ha sido muy, muy, muy mental atravesarlas". La mansión embrujada en la que registraron las canciones de Ok Computer estaba repleta de pilas de papel con letras escritas a mano en blocs de nota de hoteles y hasta en instrucciones de uso de un inhalador.
Entre dibujos de aviones, helicópteros, escaleras mecánicas y otros medios de transporte, Yorke creó toda una imaginería entre melancólica y apocalíptica, marcada también por su experiencia de vivir durante cuatro años seguidos en un bus turístico.
"Estaba básicamente catatónico. Simplemente no tenía ningún sentido de la realidad", le dijo el compositor a Rolling Stone respecto de la claustrofobia que padecía en plena grabación del disco. Con letras sobre terribles accidentes de autos, choques de aviones, androides paranoicos, abducciones de aliens, Yorke se refirió también a todo tipo de innovaciones tecnológicas. "Estaba entrando en una sensación de sobrecarga de información", se autodefinió. "Lo que es irónico, realmente, desde que eso es peor ahora", agregó.