A un mes del fallecimiento de Sofía Sarkany, el dolor de su familia sigue latente. No hay consuelo que pueda detener las lágrimas que brotan desde un corazón destrozado. Sin embargo, en esto que parece ser una pesadilla, una luz que los ilumina. Sofi se fue, pero dejó un legado, a Félix, el hijo que tuvo a través de un vientre subrogado con su novio, Tomás Allende.
Ricky Sarkany acudió a sus redes para compartir una serie de imágenes del bebé, su nieto. A las postales le agregó un sentido mensaje, cargado de emoción, en el que reflejó pequeños detalles que lo hacen recordar a su hija: “Popi siempre sonriendo, amando, viviendo. Te vamos a extrañar (Felixito ya sonríe como vos)”.
En cuestión de minutos el posteo cosechó miles de mensajes y otros tantos Me gusta que manifestaron lo que provocaba la empresaria en su amigos y gente que la conocía. El sentimiento sigue presente y nadie se olvida. Personas de la colonia artística que compartieron gratos momentos junto a la familia Sarkany estuvieron presentes a través de un gesto.
El deseo de Sofía de ser madre siempre estuvo latente. Ese episodio se adelantó cuando le dijeron que tenía cáncer de útero y que por lo invasivo del tratamiento no iba a poder ser madre de manera natural. Antes de comenzar congeló óvulos. Allí fue que con Tomás, su pareja de 3 años, decidieron recurrir al método de alquiler de vientre en Estados Unidos.
Siempre con la esperanza de que todo iba a salir bien y que no iba a tener el desenlace que tuvo, iniciaron los trámites. Pero el cáncer continuó y no le dio tregua, siguió avanzando, mientras que, por otro lado, Félix seguía creciendo dentro de la panza de la madre sustituta.
El nacimiento del bebé estaba programado para el 28 de marzo, pero se adelantó y llegó al mundo seis días antes de lo previsto. Fue toda una señal. Nació en Orlando el 22, a las 12.41 y pesó 3.245 kg. Sofi pudo presenciar el parto vía FaceTime. Luego del nacimiento, ella pudo conocer a su bebé, tenerlo en sus brazos y abrazarlo como había soñado.