En agosto de 2018, Laurencio Adot atravesó uno de sus peores momentos cuando sufrió un ACV (accidente cerebrovascular). Estuvo en coma y durante mucho tiempo su vida corrió peligro. Una vez que se recuperó, llegó la etapa más compleja; la de la recuperación definitiva. La enfermedad le había dejado secuelas que parecían insalvables pero, fiel a su estilo, con su fortaleza, nunca bajó los brazos.
Cuando le dieron el alta, tres meses después, empezó otra lucha. Fueron tiempos en los que en una clínica de rehabilitación se enfocó en rehacer su vida cotidiana, y olvidarse de su enfermedad. “En dos años y siete meses me recuperé del ACV. Hoy puedo decir que eso ya quedó atrás, afortunadamente”, le comenta Adot a GENTE.
Sin embargo, en 2020, dos años después, se cayó en el baño y sufrió una rotura de fémur. Esto mientras estaba haciendo la recuperación de lo otro. Un tormento para cualquiera, pero no para él. “Me había caído acá en Belo Horizonte, en Brasil, dónde estoy viviendo. Por suerte de esto también me recuperé, lo hice en cuatro meses, ya estoy moviéndome, ya puedo caminar, estoy muy contento. ¡Es un verdadero milagro todo!”.
Por otro lado, el diseñador hizo hincapié en la nueva vida que está llevando adelante desde lo laboral. “Estoy viendo en Brasil, pero también vivo en Argentina y voy a ser ecuatoriano también. Tres hogares de los que voy a ir de uno al otro por la moda. En Buenos Aires estoy a full con mi tienda en Posada y Montevideo, acá en Brasil tengo un showroom de tienda mayorista, vendo diseñadores argentinos, y lo mismo voy a hacer en Guayaquil, Ecuador”.
"Trabajar es mi cable a tierra, lo disfruto mucho y no lo puedo dejar. Cuando me pasó lo del ACV, apenas me pude valer por mis propios medios, lo primero que hice fue retomar lo laboral. Eso también me ayudó", agrega Laurencio, un empedernido de la moda.
"En dos semanas me voy a vacunar acá en Brasil. Tuve amigos que se murieron por este maldito virus. Es terrible este nuevo orden", comentó.
Más allá de esto, sigue adelante con todos los recaudos por el coronavirus. Siendo paciente de riesgo, no se permite relajarse: “Yo sigo al pie de la letra todos los protocolos. Tuve gente alrededor que tuvo coronavirus, amigos que se murieron por este maldito virus. Es terrible, es un nuevo orden, no me gusta nada este nuevo orden”.
“Estoy esperando para vacunarme, se supone en dos semanas me van a dar la vacuna acá en Brasil. Le pido a la gente que se cuide, que tome conciencia. Yo llevo 47 días acá encerrado ¡47 días encerrado! Esto es terrible, hay que trabajar, pero sin perder los protocolos”, remarcó, angustiado por todo lo que se está viviendo a nivel mundial.
Retomando todo lo que atravesó desde que tuvo el ACV, Laurencio mira para atrás y se emociona por todo lo que consiguió gracias a su lucha. “Soy un milagro. El mensaje que quiero dar es que si se puede pasar por una enfermedad terminal y salir adelante. Por mi vida pasó un tsunami que me hizo cambiar de vida y de pensamiento. Entendí que antes de todo hay que poner la calidad de vida y la salud, por eso salí de Buenos Aires”.
Su rehabilitación, según los especialistas, fue toda un milagro, pero el prefiere acudir a su incansable lucha por vivir: “Tengo esa sensación de que pude lograrlo en base a mi fortaleza. Cuando empecé la rehabilitación fueron 3 años y medio sin parar, enfocado en salir adelante. Fue terrible ser vegetal pasar por eso y verme así, pero nunca tuve una depresión, mala onda, nunca me castigue por la enfermedad".
"Mi única meta era superarla. Incluso, durante la rehabilitación, ayudaba a personas que estaban en la misma que yo, para que no bajen los brazos. Siempre tuve empatía con los demás, siempre fui solidario”, remarcó.
“Esto me dejó como enseñanza que cuando pasas por algo así se acaba el tiempo y tiene que ser todo ya. Estoy muy espiritual y muy positivo con todo lo que pude lograr. Esa es la gran diferencia de antes a hoy; hay que ser positivo con todo”, remarcó.