Carmen Barbieri disfruta de su andar en MasterChef Celebrity. Luego de atravesar un complejo cuadro producto del coronavirus, que la tuvo varios días en terapia intensiva, logró salir adelante. Feliz por estar bien de salud, todo lo que toca, dentro del reality, la deleita y hasta agradece, porque la esperaron hasta que se pudo incorporar.
Más allá de lo que le pasó, de haberse integrado mucho tiempo después al reality y tener cierta desventaja, el jurado de MasterChef la mide con la misma rigurosidad con la que lo hacen con todos. No le tienen piedad ni lástima. Sin embargo, a Barbieri no le preocupa que sean severos, al contrario, parece sentirse cómoda.
“Prefiero que me traten así, no quiero ser la que volvió de la muerte y vamos a decirle que está todo bueno lo que hace”, comentó Barbieri en el programa radial Por si las moscas (La Once Diez). Incluso, agradeció a la producción porque le pagaron el contrato sin descontarle los días que faltó por la enfermedad.
Por otro lado, más allá de estar bien de salud, remarcó las secuelas que le dejó el COVID-19. Algunas de ellas aún las tiene, pero comentó que no le impiden hacer vida normal. “Me costaba caminar y me costaba hablar porque estuve mucho tiempo entubada”.
Por otro lado, se refirió a los días internada en terapia, a todo lo que vivió y a lo desgarrador de todo lo que pasó: “Me contaron que me arrancaba los tubos, los cables, los sueros, me agarraban locuras de arrancarme todo. Recién ahora estoy hablando bien y tengo volumen en la voz”, confesó.
“A mí me pasaron muchas cosas juntas, la muerte de mi madre, perder al padre de mi hijo, tenerlo en casa enfermo, la enfermedad de Federico, la recuperación de Federico. Yo tuve muchas alertas y después me enfermé yo, con un golpe tras otro”, agregó Barbieri, enumerando cada uno de los episodios dramáticos vividos recientemente.