Con la llegada de la segunda ola de coronavirus y el aumento en los contagios, el Gobierno nacional anunció la suspensión de las clases presenciales y el regreso a las clases virtuales.
La medida provocó malestar en gran parte del sector educativo y en los padres. En este sentido, una encuesta realizada por la organización Eco Educativo basada en la opinión sobre el tema de familias de 20 jurisdicciones del país advirtió sobre el retroceso que implica cerrar las aulas.
“Es fundamental sostener la presencialidad y garantizar la correcta aplicación del protocolo sanitario”, sostiene el informe.
El sondeo, realizado por la entidad que se define como “ecosistema federal y republicano”, abarcó los distritos de CABA, Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén; Río Negro, Salta, Santa Cruz, San Juan, Santa Fe, Tierra del Fuego y Tucumán.
A partir de los datos recibidos, se analizó la presencialidad educativa por nivel, comparando en cada una de ellas las respuestas de ambas gestiones: estatal y privada. Para la mayoría de las familias que participaron en la consulta, es fundamental sostener la presencialidad y garantizar la correcta aplicación del protocolo sanitario.
“La escuela, en esencia, es integradora, inclusiva y ordenadora. No existe uniformidad en el acceso a la educación, tampoco existe una conducción clara en la crisis, factor que aumenta la incertidumbre. La apertura efectiva de las aulas depende, en gran medida, de cada institución. Algunos factores han complejizado aún más el contexto, como los paros docentes. Es inviable considerar que la presencialidad debe estar ligada únicamente a la implementación del plan de vacunación que alcance a la totalidad de los docentes”, dijeron desde Eco Educativo.
En el conjunto de jurisdicciones consultadas, las clases virtuales se reducen al envío de tareas vía correo electrónico o por WhatsApp. Para la totalidad de los especialistas que participaron de la encuesta, no es serio considerar este intercambio como una clase.
“Los profesores solo envían trabajos en pdf. No dan clases por zoom y tampoco las envían grabadas. Ya hicimos reclamos a la dirección y no tuvimos respuesta. Hasta fin de marzo están realizando diagnóstico de contenidos, no están dando clases”, afirman padres de alumnos de una escuela de La Matanza.
En estos casos, frente a un proceso educativo habitual, en la más optimista de las proyecciones, se podría estimar que la enseñanza se ve disminuida en un 50%.
En el caso de alumnos eximidos de la presencialidad, por razones de salud o sociales, las familias exigen opciones de conectividad y equipamiento, si no cuentan con los recursos suficientes para proveerlas por sí mismas.
Jurisdicciones sin clases
“En buena parte de las jurisdicciones del país, no hubo un verdadero retorno a la presencialidad escolar. Este problema fue detectado en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Chaco, Formosa, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego”, sostuvieron desde Eco Educativo.
Del total de respuestas registradas de todas las jurisdicciones señaladas, el 36% no tiene clases presenciales. Tienen este tipo de clases a nivel país el 64%. En CABA, el 100%; en Provincia de Buenos Aires (PBA), el 65%; y, en el resto de las jurisdicciones de la Argentina, el 75%.
En la Provincia de Buenos Aires, del 46% que informa que sus hijos no tienen clases presenciales, preocupa que la mayoría (88%) refiera no tener tampoco clases virtuales. Por otra parte, crece el reclamo de padres cuyos hijos van a escuelas con modalidad doble jornada que hoy en día cursan jornada simple. Un buen número de familias marcó como necesario que sus hijos recuperen la normalidad escolar para poder volver a trabajar.
En tanto, en Ciudad de Buenos Aires, los encuestados refieren mayor presencialidad y organización de los protocolos frente al resto de las jurisdicciones. De todos modos, los padres aspiran a volver a las jornadas ordenadas y completas.
La encuesta enfatiza la necedidad de que l as jurisdicciones desplieguen herramientas sistémicas para volver a llevar a las aulas a los alumnos absolutamente desvinculados de la escuela durante el 2020. Distintos organismos han estimado su cantidad en un piso que supera el millón y medio.
Desde Eco Educativo concluyeron: “Este informe tiene un único propósito. Ante un problema de semejante envergadura no podemos ser indiferentes. Debemos recuperar estas dimensiones. Necesitamos que cada uno de los niños despliegue todo su potencial. La escuela es el camino para incorporar valores, alcanzar una ciudadanía plena y responsable, ser parte activa de la cultura. Si no lo logramos, los chicos estarán condenados a menor desarrollo personal y profesional, menor empleabilidad, menores ingresos a lo largo de toda la vida para ellos y sus familias. Y más allá del impacto individual, esta tragedia educativa amenaza el futuro del país”.