A casi un mes de la desaparición de la nena M, que fue encontrada días después junto a su secuestrador por las fuerzas de seguridad tras una intensa búsqueda, su caso sigue generando conmoción.
Luego de ser internada en el Hospital Garrahan, con un estado de salud muy delicado, la menor recibió el alta médica y la Justicia resolvió darle la tutela legal a su familia extendida, en este caso a su abuela y una de sus tías.
Si bien la situación de la nena de 7 años que vivió toda su vida en la calle, a la vera de una autopista, parece haber comenzado a mejorar, la madre de la menor continúa en una situación crítica.
Tras hacer pública su adicción a la pasta base, Estela Díaz fue internada en el hospital Fernández, con un proceso a cargo del Juzgado Civil N°92, acompañada por un equipo especializado de la Dirección General de Adicciones del Ministerio de Desarrollo porteño que había trabajado con ella para convencerla de su internación durante Semana Santa.
Al ser dada de alta, fue admitida en El Reparo, un centro terapéutico en la calle Italia. La mujer ingresó por consentimiento propio a mediados de la semana pasada. Sin embargo, horas después el centro notificó al Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del GCBA que supervisa la situación de M. que no habían podido retenerla.
Según informó Infobae la mujer, luego de pelearse con otras internadas, se escapó del lugar y volvió a la Villa Cildañez. Fue vista en los últimos días cerca de la casilla que compartía con M. a la vera de la autopista Dellepiane. Aunque la carpa en donde vivía con su hija ya no se encuentra en ese lugar.
La madre de M no tiene impedimentos para visitarla aunque se desconoce si se ha acercado a la vivienda donde la menor vive con su abuela.
Cómo vive la nena M
La nena ya tiene su DNI, vive en una casa de material con todos los servicios, fue anotada en una escuela y ya empezó a cursar y familiarizarse con el establecimiento y sus compañeros. Vale recordar que hasta entonces nunca había asistido a un colegio. Más allá de esto, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de CABA sigue monitoreando el caso.
En este sentido, no sólo la visita periódicamente un asistente social: también recibe atención psicológica periódicamente. Quienes siguen el caso de cerca sostienen que aún falta mucho trabajo por hacer en ella, pero que esos pasos se empezaron a dar. Hoy su realidad es distinta y la necesidad de que siga así está repartida entre los familiares que desde ahora la tienen a cargo.
Por lo pronto, en esto de que pueda reinsertarse en la sociedad sin sufrir hostigamiento ni mucho menos que le recuerden el pasado, se implementó una medida judicial para que no se mencione su nombre ni aparezcan sus fotos al descubierto. Con esto, según comentó la jueza que entiende en la causa, buscan resguardarla.