La muerte del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II y padre de sus cuatro hijos es la noticia que conmovió al mundo este viernes 9 de abril.
"Con profundo pesar, su majestad la reina ha anunciado la muerte de su amado esposo, su alteza real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo", anunció el Palacio de Buckingham en un comunicado.
El príncipe Felipe falleció a los 99 años tras haberse convertido en el consorte monárquico más longevo de la Corona británica, con más de 70 años junto a la reina Isabel II. Y ahora surge una cuestión: ¿qué pasará con la herencia del ducado de Edimburgo?
El ducado de Edimburgo es uno de los títulos más importantes que otorga la Casa Real británica. Fue creado en 1726 por el rey Jorge I y desde entonces solo lo han ostentado cinco personas, todos familiares directos del monarca de turno, que es quien lo concede, ya que no pasa automáticamente de padres a hijos como otros.
El príncipe Felipe es el primer hombre que lo lleva por su matrimonio con un Windsor, ya que el padre de la entonces princesa Isabel, Jorge VI, se lo concedió en la víspera de su boda.
Fue en 1999 que se decidió que, para conservarlo, debería pasar a otro de sus hijos. El elegido fue el príncipe Eduardo (57), el menor de los cuatro hijos de la monarca. Además son padres del príncipe Carlos, de la princesa Ana y del duque de York Andrés.
El príncipe Eduardo, el elegido para continuar el ducato
La opciones no eran demasiadas, por un lado, su hermano mayor ya era príncipe de Gales, además de haber recibido el ducado de Cornualles el día de su boda con Lady Di. También el príncipe Andrés ostenta su propio ducado, el de York, desde que contrajo matrimonio con Sarah Ferguson. Y además, las cosas han cambiado mucho desde entonces, ya que se retiró de sus funciones reales a finales de 2019 por el escándalo que supuso su presunta vinculación con el caso Epstein y por la entrevista que concedió a las BBC para intentar aclarar las cosas -aunque lejos de mejorarlas, las empeoró mucho-.
Así, con una familia real muy mermada, el príncipe Eduardo, conde de Wessex, sería la única opción para recibir el ducado de Edimburgo también en este contexto actual, aunque no se hubiera decidido en 1999.
El perfil de Eduardo es tan bajo que ni siquiera usa ni ostenta los títulos de príncipe (como Carlos, príncipe de Gales, y Ana, llamada princesa real) ni de duque (el caso de Andrés de York), sino que es conde (de Wessex), con un menor rango.
Eduardo lleva 22 años casado con Sofía a quien conoció en 1993 en un partido de tenis. Tienen dos hijos, Luisa, de 16 años, y Jacobo, de 13, para quienes los condes de Wessex no quisieron títulos reales para ninguno de sus dos hijos.
Hoy están consideradas una de las parejas más estables de la monarquía británica.