La reconocida cantante internacional Britney Spears abrió su corazón este martes y confirmó que lloró “durante dos semanas” después de conocer el documental elaborado por el diario The New York Times sobre su carrera.
Este documental muestra “el lado b” de la fama de Spears, los conflictos que tuvo desde joven y cómo se la cosificó desde pequeña por su físico, su forma de vestir y hasta su virginidad.
Numerosos artistas y personalidades se han mostrado conmovidos por algunas de las escenas del pasado que repasa la cinta, incluido su ex novio Justin Timberlake.
Si bien la protagonista confirmó que no vio el documental, es difícil verse reflejada por la mirada ajena ya que, en la mayoría de los casos, los documentales están avalados por las figuras que son allí representadas.
El video que compartió para sus 29 millones de seguidores ya superó las tres millones de reproducciones. Allí se la ve a ella bailando y escribió en el pie del posteo su descargo.
“Siempre se ha especulado y se ha juzgado mucho sobre mi vida. He estado expuesta actuando delante de tanta gente. Hace falta mucha fuerza para confiar en el Universo con vulnerabilidad real, porque siempre me he sentido juzgada, insultada y avergonzada por los medios de comunicación, aun al día de hoy”, comenzó diciendo.
A través de sus redes sociales, la cantante confirmó también que se sintió “juzgada, insultada y avergonzada” por los medios de comunicación. Y agregó: “No vi el documental, pero lo que vi del mismo me dio vergüenza por el foco que me pusieron. Lloré durante dos semanas y aún sigo llorando”.
“Lamento profundamente los momentos de mi vida en los que mis acciones contribuyeron al problema, en los que hablé fuera de turno o no defendí lo que era correcto. Entiendo que me quedé corta en estos momentos y en muchos otros y me beneficié de un sistema que perdona la misoginia”, continuó.
Cabe destacar que ella además tiene una relación conflictiva con su padre. Desde 2008, tras ingresar en un centro psiquiátrico por su comportamiento producto de las drogas, el padre de Spears es el tutor legal de la cantante de 39 años y posee el poder sobre todas las decisiones de su vida, una medida que Britney le exige a la Justicia que deje sin efecto.
