Días atrás, Alberto Cormillot y su mujer, Estefanía Pasquini, contaron que en el último control pudieron saber el sexo del bebé que viene en camino. Entusiasmados con este proyecto familiar que se les presenta, comentaron que van a tener un varón. Con esta duda despejada, comienza la danza de nombres posibles para el bebé.
“Ya podemos confirmar que es un varón. Eso sí... Alberto terminó de caer y se dio cuenta de que Álvaro no le gusta tanto”, comentó Pasquini haciendo referencia a que ya tenían uno elegido, pero que luego de analizarlo, a Cormillot no le llamó del todo la atención. Con tiempo para seguir buscando –Estefanía está de tres meses- ya comienzan los conflictos de pareja.
A través de varias historias de Instagram, la nutricionista fue contando cómo el nombre que le gusta a su marido a ella no la convence. Sucede que Alberto pensó en Emilio, porque así se llamaba su papá.
Esto suele darse en varias familias, la de elegir el nombre de un ser querido, pero se les presenta un problema: ella tiene un perro que se llama Emilio.
“Este perrito es mío y se llama Emilio porque me encanta”, fue la primera frase que escribió junto a una foto de su mascota.
“Éste es mi marido, quien se dio cuenta de que va a ser papá de un nene y le quiere poner como su papá... que resulta que se llama como mi perro”, publicó en otra postal.
Por último, para cerrar con humor la cuestión, subió una foto con su perro y le agregó un texto como si estuviera hablando la mascota: “Y acá estoy yo como un boludo, viendo como estos dos me quieren cambiar el nombre”, comentó y agregó: “Yo por suerte zafé y me voy a seguir llamado Felipe”, haciendo referencia al gato, que por ahora no entró en el conflicto.