El llamado de una vecina al 911 fue clave para que la policía pudiera encontrar a Maia Beloso. La denuncia alertaba sobre "la presencia del sospechoso con la nena durmiendo en la calle". Efectivamente, la niña, de 7 años, se encontraba con Carlos Savanz, a quien la policía buscaba intensamente.
Maia estaba en las inmediaciones de la estación Universidad de Luján del tren Sarmiento en la calle, junto a su captor, en la bicicleta en la que se trasladaron ambos durante los últimos días.
Al ser rescatada por la policía, Maia lucía un buzo azul. Enseguida fue trasladada al hospital zonal. Según declaró horas más tarde el abogado de la familia, Rodolfo Baqué, la niña tenía hambre y frío.
Savanz quedó detenido en forma inmediata y de acuerdo a lo que declararon fuentes cercanas al caso no parecía estar al tanto de que era buscado por las autoridades. La bicicleta en la que ambos se movilizaban y que había sido registrada por cámaras de seguridad fue incautada.
Savanz había sido denunciado por su ex mujer en marzo de 2020 por abusar de una menor de su familia. El caso se encuentra en la UFI Nº2 de la jurisdicción de Presidente Perón.
El dolor de la pobreza extrema
El caso de Maia Beloso, que conmovió al país durante los últimos tres días, dejó al descubierto los peligros a los que están expuestos niños, niñas y adolescentes que viven en la calle. Según el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, hay más de 50 chicos que viven actualmente en estas condiciones en la CABA.
Según el relevamiento llevado a cabo por el BAP -programa Buenos Aires Presente- en 2019, hay 1.147 personas sin hogar que viven en las calles de Buenos Aires. El número es aún mayor en los relevamientos realizados por organizaciones sociales, que estiman que hay más de 7 mil personas viviendo en las calles de la Ciudad, puntualizando que el 16 por ciento son niños, niñas y adolescentes.
