Como muchas chicas de su edad, Adhara Maite Pérez Sánchez (8) tiene grandes sueños. Uno de ellos es ser parte de la NASA. El detalle es que a diferencia de sus pares, ella está muy cerca de lograr su objetivo. Tiene un coeficiente intelectual de 162 puntos (la media ronda los 100) y fue reconocida por Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas de México, su país.
Adhara ya terminó el secundario y sus padres están haciendo todo lo posible para que pueda seguir estudiando, algo que se dificulta debido a la burocracia para acceder a una carrera universitaria. No sorprende que la quieran animar a seguir su formación: su nivel intelectual está por encima de los de Albert Einstein y Stephen Hawking.
Cuando tenía tres años Adhara Pérez fue diagnosticada con Síndrome de Asperger. Entonces aprendió álgebra y su mamá se dio cuenta de que tenía una inteligencia privilegiada. La llevó a un psiquiatra y en su primera entrevista la niña -cuyo nombre es el de una estrella de la constelación Canis Maior- demostró que su IQ era superior al de sus pares.
Por esta razón sus padres junto con los profesionales decidieron que era prudente otro tipo de educación. Adhara abandonó la escuela y asistió al Centro de Atención al Talento, donde cursó sus estudios secundarios.
Pero, a pesar de su capacidad y de tener las certificaciones pertinentes, no puede todavía comenzar el próximo paso para acercarse a su meta. Su nombre marcó sus sueños: es una apasionada por la astronomía y quiere seguir esa carrera en la Universidad Nacional Autónoma de México.
La institución se niega a aceptar a una alumna tan joven, por lo que comenzó a cursar la carrera de manera informal, como oyente. Pero su caso tomó estado público y trascendió las fronteras del país. La Universidad de Arizona ofreció a la niña una plaza para formarse en astrofísica.
Si bien la propuesta resultó sumamente tentadora para Adhara Pérez, la familia debió rechazarla ya que no puede costear los trámites necesarios ni los gastos que implica una mudanza a los Estados Unidos. Mientras tanto, la niña sigue cursando online las materias de Ingeniería Industrial e Ingeniería en Sistemas.
Al revés de lo que ocurre en muchos hogares, la preocupación de los padres de Adhara es que su hija -que fue víctima de bullying y discriminación durante los primeros años de su escolarización- juegue. Su mamá contó que la niña tiene muñecas astronautas con las que crea situaciones en sus ratos libres.
