Hace ya un mes que en la Ciudad de Buenos Aires comenzaron las clases presenciales. Sin embargo, por el momento los alumnos sólo concurren un máximo de 4 horas y el resto de la jornada continúan con el formato virtual. ¿Cómo hacer que funcione esta nueva forma de normalidad escolar?
Los recursos tecnológicos aparecen como una herramienta de enseñanza clave que optimiza la educación remota.
En este sentido, hay dispositivos tecnológicos que pueden ayudar a aumentar la productividad y facilitan el acceso a los contenidos digitales: una webcam de mayor definición, una impresora para trabajos grupales, unos buenos auriculares para aislarse del entorno, un rotulador portátil y una notebook son hoy elementos clave.
Webcam: La plataforma virtual Google Classroom fue la más elegida para subir los trabajos y como espacio de encuentro. Para poder seguir las clases en el Google Meet o por Zoom es indispensable ver y recibir la información con claridad. Las webcam deben tener, como mínimo, una resolución de 720p, un lente amplio y una velocidad de hasta 30 fotogramas por segundo, con micrófono incorporado.
Impresoras: La mejor elección es una multifunción. En su combo incluyen un escáner, fotocopiadora y la posibilidad de estampar fotos a color en una digna calidad. Algunos modelos permiten imprimir en doble faz, lo que a la larga puede representar un gran ahorro de papel.
Auriculares: Teniendo en cuenta que las clases virtuales llegaron acompañadas del home office, tener auriculares que permitan aislarse es muy importante para no perder la concentración. Es importante que incluya un micrófono externo con un soporte móvil.
Notebook: Debe soportar la carga de trabajo de una jornada completa, sin sobresaltos ni cuelgues y a su vez permitir realizar varias tareas en simultáneo. Las computadoras con Windows son las más productivas y compatibles con programas de oficina.
Rotuladores portátiles: Son una buena herramienta a la hora de tener todo identificado, ya que no se permite que los estudiantes compartan útiles. Para etiquetar lápices, cartucheras, cuadernos, mochilas y todos los objetos escolares, crean laminadas duraderas que resisten al agua, microondas y freezer, combinando fondos de colores, patrones, tipografías, marcos y símbolos.