Fue un regalo de sus padres. Es que Ofelia y Pedro soñaban con obsequiarles a sus tres hijos, María Eugenia, Guillermo y Rubén Tobal, un viaje juntos. Entonces, se pusieron a planearlo. Y una vez que decidieron los destinos (Amsterdam, París y Roma), Ofelia gestionó asistir a una audiencia con el Papa argentino Jorge Mario Bergoglio.
Se la confirmaron apenas unos días antes de partir. Y así emprendieron, en palabras de María Eugenia Tobal, “unos días increíbles, una experiencia única, familiar e inolvidable”.
A ello se sumó el encuentro con Francisco, que superó cualquier expectativa. Aquella mañana del miércoles 21 de octubre, en la Plaza San Pedro, María Eugenia vivió una sensación que no pudo explicar con palabras.
Las imágenes hablan por sí. Lo que sucedió luego de esos segundos junto al Papa “no estaba planeado, ni lo imaginé jamás. Fue muy mágico. Lo besé, lo abracé, intercambiamos unas palabras espontáneas y nos agarramos muy fuerte. Nos miramos frente a frente y me bendijo. Lo que le dije quedará entre nosotros para siempre, y prefiero que así sea. Todo fue realmente espontáneo, pura felicidad y amor, nada más alejado de la tristeza o el dolor”.
Un momento que, tras ser registrado por los fotógrafos y elegido por nuestro Papa para la portada de L’Osservatore Romano (el diario del Vaticano), creció de manera incesante ante la opinión pública de nuestro país e internacional.
Tanto, que en el programa de Jey Mammón (44), la actriz dijo: "Fue un momento muy privado y muy íntimo porque hablábamos al oído y sólo uno de mis hermanos, que estaba al lado, escuchó la charla. Y después me enteré, porque me llamaron de todos lados, pero no di notas, que me habían leído los labios. ¡Fue horrible! Y eso no es todo. Ahí me dijeron ‘Bueno, pero si no nos das la nota tenemos un material que...’. No voy a dar el nombre del periodista porque ya lo hablé con él y me pidió disculpas, pero es uno muy conocido”, deslizó la actriz a seis años del hecho.