Quién es Clara O’Farrell, la argentina que trabaja en la NASA y diseñó un paracaídas supersónico para el Perseverance – GENTE Online
 

Quién es Clara O'Farrell, la argentina que trabaja en la NASA y diseñó un paracaídas supersónico para el Perseverance

Una argentina formó parte del equipo que hizo posible la llegada de la misión Perseverance a Marte. 

La llegada del Perseverance a Marte marca un hito en la historia espacial. El explorador partió de la tierra hace siete meses y completó su viaje este jueves. Una vez en el planeta rojo, la nave -equipada con un sofisticado laboratorio de astrobiología- se posó sobre el antiguo lecho de un lago. Allí intentará recopilar rastros de vida extraterrestres. Asimismo la misión está preparada para recopilar muestras que permitan investigar recursos que haya en Marte para producir combustible y oxígeno.

Una argentina jugó un rol clave en la expedición. Se trata de Clara o'Farrell (35). Ella es ingeniera espacial y lleva más de la mitad de su vida viviendo en Estados Unidos. Estudió Ingeniería mecánica y espacial en la Universidad de Princeton y a los 28 años ingresó al equipo de la NASA, donde hoy continúa su carrera profesional.

"Revisé mi teléfono esta mañana. Las fotos siguen ahí. Las noticias siguen ahí. Sí, ayer fue (increíblemente) real", escribió hace unas horas en su cuenta de Instagram celebrando la hazaña que podría haber sido un sueño pero es tan real como los registros que guardó en su memoria y en sus dispositivos.

Trabaja en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA. Más precisamente, en el área de aerodinámica. Su equipo tiene la tarea de diseñar dispositivos que permitan aterrizajes de sondas en otros planetas, especialmente Marte.

"Estoy en el proyecto Mars 2020 que lleva al Rover Perseverance al planeta rojo", contó hace unos meses, luego del despegue de la nave que -tal como estaba previsto- llegó a Marte del 18 de febrero.

Clara se desempeña en un área donde las mujeres son minoría: sólo un 25% de los trabajares del JPL son mujeres y por ello siente la responsabilidad de alentar a más chicas a seguir la carrera espacial. “Es súper gratificante, presenta grandes desafíos y brinda la oportunidad de trabajar con gente excepcional. También presenta obstáculos, sobre todo para quienes han sido menor representados en el ámbito espacial (por nacionalidad o género). Pero hay avances que están ampliando el acceso al espacio, como los microsatélites, el surgimiento de nuevas compañías de lanzamiento, que espero que creen nuevas oportunidades para la próxima generación de jóvenes", detalló.

Al tiempo que impulsa a las mujeres a optar por carreras en ciencia y tecnología, señala que nunca se sintió discriminada en los años que lleva trabajando en ese sector.

"¡Las naves espaciales tienen distintas formas y tamaños! Nuestro vehículo experimental, LDSD tiene forma de disco y es utilizado para probar técnicas de ingreso a la atmósfera de Marte", escribía Clara el 22 de noviembre de 2017.

"Días como estos hay pocos", había dicho a horas del amartizaje la ingeniera que desarrolló un paracaídas espacial. "Soy parte del equipo que trabaja en la fase crítica de la misión que es la entrada, descenso y amartizaje. Es el proceso desde que llegamos a la atmósfera de Marte, a 5,5km por minuto y amartizar suavemente sobre la superficie. Tenemos un paracaidas muy grande, de 21 metros de diámetro, que se depliega supersónicamente cuando viajamos más rápido que la velocidad del sonido", explicó en charla con Telenoche.

"La atmósfera de Marte es más tenue que la de la tierra. Y por ello es necesario desplegar el paracaídas antes: el proceso toma medio segundo aproximadamente", detalló. Y tuvo que dar su opinión acerca de la vida posibilidad de que haya vida en Marte. "Esperamos encontrar indicios de que hubo vida ahí. Y algo que va a hacer el Rover es tomar muestras del suelo, colocarlas en cápsulas herméticas que en los próximos años vamos a tratar de mandar a otra misión que coloque esas cápsulas en una tierra y podamos analizarlas acá", dijo con una gran capacidad de síntesis.

Con la misma claridad, explicó en entrevista con Viento a Favor (LU5) que "el diseño del paracaídas es muy importante, el material es muy parecido al nylon para hacer carpas pero con un tratamiento especial. El dispositivo es como un auto chiquito, la referencia que siempre hacemos es que es como un Mini Cooper y pesa una tonelada".

Una historia de amor por la ciencia

Hace años, en entrevista con La Nación, confesó que su amor por el espacio no es una historia tan romántica como a ella le gustaría. "Me encantaría algo del estilo: a los 5 años ví el lanzamiento de un cohete y supe lo que quería". Pero no fue así. Sin embargo, su amor por la ciencia sí surgió en la infancia. Había viajado a Ushuaia con su abuela cuando estaba en primer grado y decidió que quería ser bióloga marina luego de ver muchísimos pinguüinos.

El amor por la naturaleza fue mutando. Al terminar el colegio decidió estudiar en Princeton y aunque le interesaba la ingeniería química por el potencial que tiene en la industria petrolera (algo en desarrollo en Argentina), se dio cuenta de que "era un desastre en el laboratorio" y eso la llevó a cambiar por mecánica y aeroespacial.

Clara sigue fascinada con su trabajo. "A veces no puedo creer que me paguen por hacer algo que me encanta", dice y reconoce que "es increíble trabajar en algo que va a terminar en otro planeta". Según explica, "los problemas que surgen son únicos en el mundo. Y tratar de resolver algo que nunca nadie se planteó es divertido".

Marte como horizonte

La fascinación por Marte llegó más tarde. En 2008 estaba realizando un doctorado en Sistemas Dinámicos y Control en el Instituto de Tecnología de California. Continuamente recibía noticias de robots y sondas que llegaban a Marte. "Ahí surgió la idea de trabajar en eso. En 2012 seguí de cerca el aterrizaje del Curiosity y ví que uno de los líderes, Miguel San Martín, era argentino. Me puse en campaña para contactarme con él".

Al año siguiente empezó a trabajar en la NASA. Llevaba más de dos años sumergida en el diseño de un paracaídas supersónico cuando este se abrió logrando el correcto amartizaje del Perseverance. Entonces, sin la certeza de lo que sucedería más adelante, explicaba: "Aterrizar en Marte es complicado porque la atmósfera es muy poco densa. Entonces hay que desplegar el paracaídas a velocidades supersónicas, en muy poco tiempo. Las primeras pruebas que se hicieron para paracaídas en Marte fueron en la década del sesenta, cuando llegaron las primeras sondas Viking. Ahora queremos aprovechar todo el desarrollo que hubo en tecnología en los últimos años. Con cámaras de video de alta velocidad puedo reconstruir en 3D cómo se infló el paracaídas". Tal como esperaban, el paracaídas funcionó y permitió llegar a lugares que no habían sido explorados del planeta rojo.

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