Cinthia Fernández no logra despegarse de los conflictos. Pese a sus intentos, parece que la bailarina tiene el karma de atraerlos. Si no es con sus ex parejas, es con sus seguidores en redes sociales que intentan aconsejarla o con sus vecinos. Siempre hay un motivo, un foco de conflicto que altera sus ánimos.
Justamente, hablando de las personas que la rodean y de sus lindantes del country en el que vive, la panelista de LAM está atravesando –según comentó– un insólito momento vinculado a sus hábitos y su gusto por el entrenamiento. “Me quieren denunciar por mi gimnasio”, advirtió.
Hace un tiempo, por las horas que le dedica a entrenar, Fernández decidió que lo mejor, para ganar tiempo y comodidad, era construir un gimnasio en su casa e ir armándolo a su gusto y conveniencia. A la hora de levantarlo, eligió grandes vidriados para tener buena luz pero además, para tener una vista hacia el parque y la naturaleza.
“Es verdad, me quieren denunciar por mi gimnasio. Ellos no tienen y me vienen a joder a mí”, reveló en Los Ángeles de la Mañana, el programa de Ángel de Brito. A continuación, sus compañeros de programa, intentando resolver el insólito conflicto, le preguntaron si era vidriado y respondió que sí.
Luego de eso llegaron a una conclusión: “Bueno, imagínense a Cinthia y ese cuerpo. Los maridos explotados, y las esposas de esos maridos diciendo ‘¿Qué pasa acá?’”. Inmediatamente, la ex de Matías Defederico siguió con las chicanas: “¿Qué les molesta?”, respondió y finalizó: “Si quieren las entreno; pero les cobro la clase”.
Sin embargo, desde el barrio sostienen que el problema no es la vista ni mucho menos que entrene. Al parecer, el lugar todavía lo está construyendo, es una obra interminable, que lleva varios meses. Quienes viven más cerca de su casa ya no soportan el ruido constante en horarios poco habituales.