“Abi se murió en paz, durmiendo, no sufrió ese momento”. Esas fueron las palabras de Carmen, la madre de Abigail Jiménez, la niña de 12 años que, tras una larga lucha contra el cáncer, falleció ayer en su hogar de Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero.
El caso de Abigail, que conmovió a la sociedad, se volvió viral cuando, en noviembre pasado, impidieron que el auto que la trasladaba ingresara a la provincia en la que residía, de regreso de Tucumán, provincia en la que era tratada. Por protocolos, indicaban que les faltaba una autorización, y Diego, su padre, cargó a la niña en brazos durante 5 kilómetros.
En diálogo con La Nación, Carmen relató: “Abi nos pidió dar una vuelta en auto porque estaba lindo, fresquito, nublado y fuimos a pasear por la ciudad, por la costanera, yo la tenía y ella sacaba la cabeza por la ventana y le daba el viento. Sonreía, mija, cerraba los ojos y el viento le hacía el pelito para atrás. Cuando la vi así sentí algo raro en el pecho, una mezcla de alegría, tristeza, y ella me miró y me agarró bien fuerte la mano”.
La niña que es velada desde anoche en su vivienda del barrio de San Martín, había atravesado varias recaídas de salud y continuos traslados a la capital santiagueña. "La llevamos a casa, a que pase ahí sus últimos días", había contado su padre en diciembre pasado, al referirse a la condición terminal de Abi. El cuadro era muy delicado, por lo que sus padres consideraron "un milagro" haber podido pasar las fiestas con su hija.
El gobernador santiagueño, Gerardo Zamora, quien en su momento reconoció que "el estado ha fallado y yo soy responsable" y siguió hasta último momento los detalles sobre su condición –en contacto con su familia–, publicó un aviso fúnebre en el diario El Liberal. En su mensaje se dirigió a sus seres queridos y escribió: "Que brille para ella la luz que no tiene fin".
El velatorio de la niña continuará hasta las 17 horas de hoy debido a que mucha gente se acercó a despedirla y la casa funeraria hará una excepción, haciéndose cargo de los protocolos necesarios. Los restos de Abi serán sepultados en el cementerio municipal de Termas de Río Hondo y el féretro será trasladado en la autombomba de los Bomberos Voluntarios. El cortejo recorrerá los puntos más relevantes de la ciudad para que la gente le de su último adiós.
Desde hacía dos meses, la habitación de Abigail se había convertido en una sala de terapia intensiva, en la que era asistida por respirador artificial y estaba bajo la supervisión de una enfermera. Se quedó dormida y a las 19.52 tuvo un paro cardiorrespiratorio que terminó con su vida.