Cuando el historietista belga Georges Remi (1907-1983) –más conocido como Hergé– dibujó a Tintín y a su perrito dentro de un jarrón de porcelana Ming en 1936, seguramente no imaginó lo que ocurriría con él décadas después. ¡Es que nadie podría haberlo adivinado!
Pero ayer, 14 de enero a las 14 horas, su obra El loto azul llegó al atril de la casa de subastas especializada en el mundo de las ilustraciones Artcurial, que se encuentra en París, y los ojos de los expertos en cómics estuvieron ahí.
Este dibujo en tinta china, acuarela y gouache a todo color que el artista pintó sobre papel, con un tamaño de 35 x 35 cm, Hergé se lo había presentado a su editor, Louis Casterman, sin éxito, ya que por aquel entonces los procesos de impresión cuatricolor eran demasiado caros. Entonces el artista le regaló el dibujo original al hijo del editor, Jean-Paul Castermann, que entonces tenía siete años. Con la inocencia de la edad, él plegó la ilustración y la guardó en un cajón, olvidándola. Y ahora salió a la luz, considerada una creación del Arte con mayúscula.
Tal es el revuelo que generó la obra que en la subasta se vendió por 3.175.000 euros (o 3,9 millones de dólares), una cifra tan alta que convirtió a El loto azul en la obra de arte de cómic más cara hasta ahora. Un récord absoluto en el llamado noveno arte.
Después de lo sucedido, Michael Farr, el biógrafo de Hergé y experto en Tintín, dijo: “No me sorprende el precio. Es una de las obras más hermosas y finas de Hergé que han salido a subasta y es un mercado distorsionado. Como todos los mercados, es una cuestión de oferta y demanda, y prácticamente no hay oferta”.