Recién en 1989 y con el auge democrático que acompañó la caída del Muro de Berlín, Angela Merkel (66) se sumó a las filas de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU). En 1990 fue nombrada ministra para la Mujer y la Juventud por el canciller Helmut Kohl. Luego tendría a su cargo la presidencia regional del partido y el Ministerio de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear. Una década más tarde, durante el gobierno de Gerhard Schröder y tras un escándalo de corrupción que arrasó con la cúpula de la CDU, se convirtió en referente de la oposición.
Analistas políticos, entre ellos María Paz López –corresponsal del diario barcelonés La Vanguardia en Berlín– coinciden en que "la condescendencia con la que era observada por los 'machos alfa' del partido tuvo que ver con el rápido ascenso en su carrera política. Nadie pensaba que su inteligencia y su habilidad para la política eran tan potentes. Llegó tan alto que fue imposible competir con su liderazgo".
De hecho, luego de ganar sus primeras elecciones para el cargo de canciller en 2005 en medio de una grave crisis institucional en su partido, la pregunta de la mayoría era: "¿Estará a la altura del cargo?". Se convertía en la primera mujer que ocupaba el cargo de canciller de Alemania, como se denomina al jefe de Gobierno en ese país europeo.
Evidentemente, lo estuvo. Fue reelecta una y otra vez. Le adjudican el mérito de haber recuperado en sus primeros años de gobierno "una Alemania sumida en una crisis económica". Supo ordenar la situación, sacó provecho de las circunstancias y solidificó el rol de la nación germana en el mundo. Su liderazgo creció no sólo fronteras adentro sino también como referente de la Comunidad Europea.
Siempre austera, impuso rígidas medidas y fuertes recortes a los países del Sur de Europa durante la crisis del euro. Quizás fue el momento en el que mostró su carácter más estricto, aun cuando esas exigencias derivaran en conflictos sociales.
Sin embargo años más tarde, cuando la gran afluencia de refugiados se convirtió en un problema para Europa, marcó la diferencia al abrir las fronteras de Alemania. Ese año, 2015, la revista Time la reconoció como Personaje del Año.
En 2020 la pandemia sacó a la luz una nueva faceta de Merkel. Formada en ciencias duras (estudió Física en la Universidad de Leipzig y se doctoró con una tesis en Física Cuántica), logró manejar la pandemia de coronavirus con más éxito que sus pares europeos.
Se sentó a mesas de discusión lideradas por hombres, que eran –y son– mayoría en los espacios de liderazgo político. A 15 años de haber asumido como canciller, Angela Merkel –que mantiene el apellido de su primer marido a pesar de haberse divorciado hace más de 35 años y vuelto a contraer matrimonio– goza de gran popularidad. Todos la miran y la escuchan. Tanto, que su mensaje de Año Nuevo dio la vuelta al mundo.
"No se puede ignorar lo aciago de estos días y semanas. Son tiempos difíciles para nuestro país. Y así seguirá bastante rato todavía. En 2020 nos ha arrollado algo con lo que el mundo no contaba. Un virus –hasta ahora desconocido– invade nuestros cuerpos y nuestras vidas. Nos afecta en el aspecto más humano de nuestra conducta: la cercanía a los demás, un abrazo, una conversación, las celebraciones", expresó la estadista en su discurso.
"Durante bastante tiempo dependerá de todos nosotros cómo vamos a superar esta pandemia. El invierno es, y seguirá siendo, duro. Sabemos lo que se puede hacer para contrarrestar el virus. Junto a la vacuna, el medio más eficaz para combatirlo está en nuestras propias manos: atenernos a las reglas de higiene y distancia social, todos y cada uno de nosotros", expresó, antes de llamar a guardar luto por quienes a lo largo de 2020 fallecieron a causa del COVID-19. "Como sociedad, no debemos olvidar cuántos han perdido a sus seres queridos sin poder estar cerca de ellos en sus últimos momentos. Yo no puedo aliviar su dolor, pero sí pienso en ellos, especialmente esta noche", reflexionó antes de alertar sobre el peligro de difundir teorías conspirativas.
Asimismo, destacó el gran trabajo de la sociedad para minimizar la propagación del virus y celebró el inicio de las campañas de vacunación contra esta enfermedad en su país. Aclaró que ella se vacunará cuando sea su turno.
Sin embargo, y aunque el 2020 estuvo atravesado por el coronavirus, la mandataria reconoció que no es lo único que pasa. "El mundo en el que vivimos está cambiando rápida y radicalmente, no sólo debido a la pandemia", aseguró, y expresó que es fundamental que Alemania "desarrolle ideas valientes para el futuro, con todas sus energías y creatividad".
Antes de concluir su discurso anunció que no se presentará como candidata en septiembre y eso dejó planteado el interrogante sobre quién la sucederá al frente de la CDU y, posiblemente como canciller del país ya que, según los encuestadores, el partido se encuentra en ventaja respecto a sus competidores.
Quiénes son los hombres que luchan por reemplazar a Angela Merkel
Armin Laschet (59)
Es el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado del país. Es periodista, está casado y tiene tres hijos.
Friedrich Merz (65)
Es vicepresidente del Consejo Económico de la CDU. Uno de sus planteos recientes es que Alemania no debería aceptar refugiados de los campos de Bosnia o Grecia. Estudió Leyes, está casado y tiene un hijo.
Norbert Röttgen (55)
Es experto en Política Exterior y aunque muchos creían que no tenía chances de reemplazar a Merkel, las encuestas lo dan como un posible ganador. Estudió Derecho y tiene tres hijos.
