Millones de personas alrededor del mundo escucharon la voz de Freddie Mercury (1946-1991) a través de las canciones de Queen, pero hubo ciertas personas a las que el vocalista y pianista les dedicó sus propias estrofas.
Una de las canciones más famosas y románticas del grupo (y de la historia), Love of my life, fue creada para Mary Austin.
Su historia de amor empezó cuando él tenía 24 años –aún no había alcanzado la fama– y ella 19, y lo suyo fue tan intenso que el músico llegó a proponerle casamiento al "amor de su vida" en 1973. Sin embargo, con la popularidad de él y los rumores de infidelidades, la pareja se fue quebrantando hasta que él terminó confesándole que era bisexual. A lo que Mary le respondió: "No Freddie, no creo que seas bisexual. Creo que eres gay". A partir de ahí su relación, que para entonces ya llevaba seis años, cambió: ya no fueron pareja, pero siguieron siendo cercanos. Tanto, que el cantante le compró un departamento cerca de su casa y ella fue la primera persona a quien le confesó que padecía HIV.
Con el tiempo, ambos volvieron a formar sus respectivas parejas. De hecho, ella se casó y tuvo dos hijos, pero él siempre aclaró que nunca volvió a vivir un amor similar al de Mary. "Todos mis amantes me preguntaron por qué no podían reemplazar a Mary, pero es simplemente imposible", dijo una vez Mercury y remató: "La única amiga que tengo es Mary y no quiero a nadie más. Para mí, ella era mi esposa de ley común. Para mí, fue un matrimonio". Siguiendo está línea Mercury, en su testamento, le dejó su mansión de Garden Lodge (valorada en 22,5 millones de dólares), la mitad de su fortuna y la mitad de sus derechos de autor (en 2014 superaron los 54 millones de euros). ¿Un dato más? Ella es la única que sabe dónde están esparcidas sus cenizas.
Sin dudas, ella recibió mucho más que su último gran amor: Jim Hutton. A él Freddie lo conoció en 1983 en los baños de un club gay llamado Copacabana, en South Kensington, Inglaterra, e intentó seducirlo. Pero Jim no sólo no le dio lugar, sino que tampoco lo reconoció. Dos años después, el 23 de marzo de 1985, volvieron a encontrarse en otro club, pasaron la noche juntos y terminaron generando una relación que duró hasta que Mercury falleció, el 24 de noviembre de 1991.
Fueron amantes, amigos y confidentes, viajaron juntos y se acompañaron en las buenas y en las malas. Incluso cuando Freddie le dijo que no tenían que seguir juntos porque él estaba enfermo, Jim le respondió: "Te quiero Freddie, no voy a ir a ningún sitio".
En el pasado, Hutton relató que, antes de morir, Freddie posó para una cámara por última vez: "Fue para la mía. Yo estaba en el jardín fotografiando algunas de las flores, y él caminó hacia mí”. Justamente, fue una de esas imágenes la que salió a la luz en junio del 2020, y acá está: