La asistente que tuvo Diego Maradona en Dubai cuenta cuál fue el sueño que le quedó pendiente – GENTE Online
 

La asistente que tuvo Diego Maradona en Dubai cuenta cuál fue el sueño que le quedó pendiente

La señora que estuvo a su lado durante gran parte de su estadía en Emiratos recordó anécdotas y dio detalles del sueño que le quedó pendiente al Diez.
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“Fue una experiencia magnifica, la mejor de mi vida. Haber estado a su par, trabajar con él y escuchar sus historias  fue magnífico”, declaró Gabriela Caamaño en CNN Radio. ¿Quién es esta mujer? La persona que asistió a Diego Maradona durante casi toda su estadía en Dubai. Fue su mejor compañía, su mano derecha y quien mejor supo interpretarlo.

En el 2014, Caamaño, por esas cosas de la vida, se cruzó con un aviso que rezaba: “Se busca asistente para trabajar en el exterior con una figura”. Se presentó, fue pasando etapas, hasta que le dijeron que el puesto era suyo. Una vez con el contrato firmado, le comentaron que el hombre era ni más ni menos que Maradona.

La mente la lleva a aquellos años en los que compartió el minuto a minuto con él y los elogios se filtran por sus labios: “Era un ser excepcional, generoso y bondadoso, que abría las puertas de su casa a periodistas, amigos y familia”.

“Le encantaba sentarse y recordar anécdotas de su niñez", detalló Caamaño sobre Diego.

En otro momento de la entrevista surgieron anécdotas que lo pintan de cuerpo y alma. Al tratarse de una figura reconocida mundialmente, no hay rincón en el que no se sepa de él. Con el tiempo, los turistas empezaron a reconocer su casa y esto, lejos de molestarlo, le causaba alegría: “Llegaba gente de otros países y sabían dónde vivía, tocaban la puerta y él salía sin problemas, se sacaba fotos, firmaba autógrafos... Siempre estaba atento a todo. Cuando necesitabas algo siempre estaba ahí”.

Por otra parte, contó cómo se dio su vínculo con él y cómo era en el día a día: “Tenías que saber ganarte su confianza y respetarlo, estar a la altura de lo que pedía. Si sabías llegarle, te entregaba su corazón en las manos”.

Además, señaló que siempre recordaba a su familia y estaba pendiente. “Le encantaba sentarse y recordar anécdotas de su niñez, recordar a sus padres. También hablaba de sus hijos, los amaba, no había día que no los recordara. Siempre hablaba bien de todos y añoraba verlos. Su sueño era tenerlos a todos sentados en su mesa”.

Por último, habló de la rutina: “Tenía sus horarios para comer, para ir a trabajar, ir al club, para cantar, para tomar mate y hablar de su familia. Todo organizado”.

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