Leonardo DiCaprio (46) nació un 11 de noviembre de 1974. Desde muy joven comenzó a meterse en el mundo de la actuación, con apariciones en publicidades. En 1990, con tan sólo 16 años, formó parte de las series Santa Bárbara y Los problemas crecen, y un año más tarde participó en la película de culto Criters 3.
Sus primeros años de vida no fueron fáciles. Muchos problemas financieros hicieron que sus padres se separaran, por lo que Leo se crió con su madre, con quien creció sin lujos pero sin pasar necesidades en los suburbios de Los Ángeles. “Mi infancia me enseñó que la droga no es el camino. Yo salía a la puerta de mi casa y lo veía. Veía en mi cara que la droga le daba a esa gente una alternativa a la realidad”, dijo en algún momento sobre su niñez.
El actor se abrió paso en la industria y en 1995 ya tenía peso propio, trabajando en proyectos con mayor protagonismo como The Basketball Diaries y Romeo + Julieta, hasta que dio su salto al estrellato en 1997, cuando James Cameron lo convocó para la megaproducción Titanic.
Protagonizó la filmación que reconstruye en la ficción la catástrofe del trasatlántico hundido en 1912, en su viaje inaugural. El rodaje no fue sencillo: el agua helada que tuvieron que soportar los actores en el momento del hundimiento, pocas horas de luz y un dicho que quedó para la historia.
“I'm the King of the world (Soy el Rey del mundo)”, las palabras que dice Jack cuando se sube a la baranda por la proa y abre los brazos, no estaban en el guión original.
“La frase se me ocurrió en el momento, cuando estaba en la grúa por filmar la escena. Nos estábamos quedando sin luz, nada nos funcionaba. Lo miré a Leo y le dije que tenía una frase para él”, contó Cameron.
El actor no quería saber nada. Creía que las palabras no eran adecuadas y no le aportarían nada a la escena. “Él no daba crédito, no quería decirla”, recordó Cameron, “pero le seguí insistiendo hasta que lo convencí. Le dije: ‘Quiero que lo digas y que vivas el momento. ¡Tienes que vender el puto momento!’”.
Y desde entonces DiCaprio se transformó en el verdadero rey del mundo: con sólo 23 años tuvo a todo el mundo a sus pies.
