En diálogo con GENTE, El Dipy íntimo: la grieta política ("me matan por decir lo que pienso, pero no soy kirchnerista ni macrista"), su opinión sobre el lenguaje inclusivo ("lo mandaron a Echarri a castigarme como perrito faldero, pero no estoy en contra"), los "malos influencers", su autocrítica y sus nuevas polémicas.
Creció en un barrio humilde en La Matanza, "sacando agua con la bomba, sin plata y pasándolas todas". Llegó con su familia de muy chico desde Gualeguaychú, Entre Ríos, y cuenta, vio cómo su padre y su madre "trabajando en dos turnos en una empresa que hacía focos de coche" se compraron un terreno y se pusieron una despensa. "Viví eso, la cultura del trabajo que me enseñaron mis padres, que hay que ganarse las cosas y salir a laburar", cuenta David Adrián Martínez, más conocido como El Dipy (42). El músico tropical que a los 14 pagó la entrada de una disco durante seis meses para sentarse en la cabina del DJ "hasta que me enseñó cómo se hacía y cuando se fue, trabajé en su lugar". El mismo que le avisa a Valentino (3), su hijo más pequeño, que ya se cumplió "la hora diaria en la que lo dejó usar el celular".
Las últimas semanas protagonizó un sonado intercambio con Martín Cirio, "La Faraona", quien criticó al músico por haber cantado en el pasado una canción en la que se hacía oda al abuso de una chica de 15 años. Más tarde, El Dipy le respondió que era un tema que le hicieron cantar hace muchos años y que no era de su autoría, y finalmente sacó a relucir viejos tuits del influencer, de corte pedófilo.
–¿Te replanteaste el hecho de haber interpretado una canción con ese mensaje?
–Claro. Estuve mal. Era mi primera banda, la locura de salir y ser famoso. Además no te das cuenta y era chico. Obvio que hay cosas para criticar igual. Todos los músicos tienen canciones con connotaciones que decís 'wow', pero yo, obviamente, digo que si me quieren juzgar, que me juzguen. Yo creo que cuando te mandás una cagada, hay que replantearlo y decirlo, tal vez no en una red social. Yo sé quién soy y estoy lejísimos de algo así. Y tengo dos hijos.
–A veces, los hechos de la vida de un artista y su obra tienden a generar conflicto.
–Claro, pero no era mi caso. Porque no era mi obra: yo a ese tema no lo escribí. Me lo dieron y me dijeron, 'tomá, cantalo'. Yo tenía cero plata y en ese momento no me dí cuenta. Jamás pensaría algo así y mucho menos me sentaría a escribir eso.
–¿No sentís que tanto músicos como influencers o comunicadores tenemos responsabilidad social con lo que avalamos o comunicamos?
–Tenemos palabra para mucha gente y tenemos la responsabilidad social con lo que transmitimos. Y en ese caso digo que el boomerang se le vino en contra (N.d.R: elige no volver a mencionar a Cirio –de quien afirmó que es un "influencer pedófilo"–, porque hay una denuncia de por medio). Igualmente, tengo que decir que hay muy buenos streamers y youtubers, y están los malos, como en cualquier ámbito. Me parece injusto que se los castigue a todos porque se castigó a uno. Hay muchos que dan recontra lindos mensajes. Los banco, están laburando y buscan hacer su plata.
–¿Cómo te pesa a vos esa responsabilidad social de la que hablamos?
–Yo me encuentro en una situación en la que me tengo que cuidar con lo que escribo en las redes. No puedo escribir cualquier cosa, porque me sigue mucha gente y lo que menos quiero es darles un mal mensaje. Las redes son para comunicarse y no conocemos a todos los que nos leen, así que elijo no hablar de mi vida personal. Es algo personal y no tengo por qué divulgarla. Si tu pensamiento es malo o nefasto, aunque 800 te puteen y 200 te aplaudan, sigue siendo un problema.
–De todos modos usás las redes bastante fuertemente, ya sea para responder, aclarar o decir lo que pensás, sin importarte si te reprueban o te celebran.
–Yo creo que soy bastante áspero, sí. Pero no me meto con nadie que no se meta conmigo. Porque lo que escribís con la mano hay que aguantárselo, pero jamás cruzo la línea. Hay gente que me tira muy fuerte y, de corazón, no me molesta, excepto que se metan con mi familia y mis hijos.
–En las últimas horas tuviste un nuevo enfrentamiento, esta vez con un periodista...
–Ezequiel Guazzora, que es un militante K, inventó un chat y dijo que yo le robé un tema a mi hijo "Agustín". Lo hice pedalear en el aire. Posta, mi hijo tiene 15 años y no puede entrar a Sadaic. Le contesté estallado y responde: "Me equivoqué, es tu hijo Tomy". Cuando nombró a mi hijo, se terminó. Además, es tan estúpido, mi hijo vive conmigo...
...y esta mañana mi hijo le respondió: "Qué tarada es esta gente". Con mi hijo no. Es el mismo del que habían hecho un hashtag horrible que se llamaba "entregá a la nena" cuando él subió una foto con la hija. Eso no se hace y ese límite no hay que pasarlo nunca.
–¿Sentís que están tratando de encontrarte algo turbio de tu pasado? ¿Que es algo planificado?
–Yo no tengo ninguna mugre que esconder, eso pasa. Por eso hace un tiempo fijé un tuit que decía: "Que no les extrañe que pronto me tapen con tierra con alguna cosa que digan de mí o inventen. Porque son así. De manual".
–¿Hubo algo de lo que salieron a decir que te dolió?
–Y... que Mariana (Diarco) tenga que salir a aclarar que no fue así. Arrancaron con el tema de la música y ya levantaron la vara y entraron con el tema de la familia. (N.d.R.: prefiere no volver al tema, pero su ex pareja Mariana Diarco dijo que mintió en la denuncia que le realizó hace algunos años por violencia de género: "El Dipy puede ser mil cosas pero no es violento"). No es que me siento perseguido, pero hay militantes que buscan callarme un poco o ensuciarme.
–¿Sentís que no podés hablar en libertad de lo que pensás?
–Es que doy mi opinión en contra del Gobierno. Y es muy loco que sea por lo que decís, que es de sentido común. A mí me duele tanto ver a gente humilde y pobre defendiendo a políticos culpables de su pobreza... Es tremendo.
–Últimamente, hay personajes como Romina Malaspina o vos que resaltan en redes como antioficialistas...
–Tal cual. La gente piensa que soy macrista y estoy lejísimos de eso. No soy de ningún partido, digo lo que pienso. Quiero que salga adelante el país. Si alguno me dice que salimos a recuperar las Malvinas, voy con él, pero no está. Además, ¿cómo no me voy a poder quejar, si el país es de todos? Estamos sobreviviendo como podemos en el país con los recursos más ricos del mundo.
–¿Cómo te toca a vos la crisis económica?
–¿Te digo la verdad? Me cuesta pagar el alquiler, la luz, el cable y el celular, no soy millonario. Me estoy gastando los poquitos ahorros que me quedan. Y te digo más: no tengo problemas en ponerme la mochila para salir en bicicleta a entregar comida para darles de comer a mis hijos. Yo soy artista arriba del escenario, pero abajo soy cualquiera. Ahora en unos días voy a intentar hacer un streaming musical, aunque no es lo mismo, porque yo también quiero estar con mis amigos viendo un show, tomando algo y divirtiéndome.
–¿Qué opinás de la administración de la pandemia y cómo le sacaste el jugo al encierro?
–¿A la no cuarentena de Alberto? Me aboqué mucho a mi familia, porque los últimos años estuve viajando mucho. Estoy haciendo de padre, una vida normal y tres veces por semana estoy con mi bebé. Tengo a mis viejos grandes, en La Matanza, a quienes no veo para no contagiarlos. Mi padre tiene problemas coronarios y ambos son de riesgo. Me duele, pero tengo que hacer las cosas bien. Estoy feliz, extraño laburar y poder irme de gira.
–¿Qué aprendiste de estar viviendo esta "nueva normalidad"?
–La cuarentena me hizo pensar que tengo más metas que antes. Por eso, cuando abras la puerta andá a cumplir tu sueño. La vida no es para cagones, esto no es un ensayo. Mañana es tarde: es hoy. Trato de que mis hijos piensen como yo. Yo no tengo ni el secundario, pero mal no me fue. Tenés que ser el mejor o la mejor en lo que quieras. Si te preparás para ser un triste ser humano mediocre, ¿para qué sirvió?
–¿Sos autoexigente?
–No me exijo, pero sé lo que quiero. Mirá: un día me levanto, prendo la tele y pasan la propaganda de ShowMatch. Yo tomaba mate con Mariana y le digo: "Acordate que el año que viene entro ahí". No me conocía nadie y al otro año entré. Tenés que pelear y esforzarte.
–¿Creés en la meritocracia entonces? ¿Que los privilegios de clase no cuentan?
–Yo lo que creo es que podés tener privilegios e igual ser un pelotu... Vos tenés la posibilidad de estudiar y que el país no te dé las condiciones suficientes para crecer. Cuando era chiquito, a los 14, fui a mi primera matiné, en Moon (zona Oeste). Me hizo un clic ver al DJ poniendo música: pagué durante seis meses la entrada para sentarme al lado de la cabina, ni bailaba. El DJ vino y se me acercó para preguntarme: "¿Te sentás para ver lo que hago? ¿Qué querés, aprender?". Toda mi vida fui DJ hasta que pasé a ser cantante. Empecé a presentarme en grupos hasta que se armó una banda, la pegué con El Empuje, y después me hice solista. Yo decidí todo lo que pasó, porque tu vida la modelás vos. Y las cosas malas también las atraés. Por eso, por decantación, la gente mala se va sola de tu vida.
–Hablemos de tu relación con Diarco, la mamá de Valentino (3).
–Estamos separados desde hace un año, pero nos llevamos espectacular. Tenemos una relación nunca vista. Somos amigos y nos contamos todo. Voy a su casa y me quedo a tomar mate y al revés, hablamos todos los días, nos damos consejos y tenemos una relación hermosa. La amo y la respeto, es una excelente persona y me dio gusto que haya aparecido en mi vida. Además la admiro mucho. ¿Por qué te vas a llevar mal? Va a ser mi familia para toda la vida.
–Retomemos la polémica por el lenguaje inclusivo y tu entredicho con Pablo Echarri. Me cuesta creer que estés en contra...
–Te digo lo que realmente opino. No me molestó... cada uno habla como quiere y el aire es gratis. Lo mío fue más: "Primero arreglemos este quilombo y después vemos lo que hacemos". Echarri levantó esa bandera porque lo mandaron a militar. ¿Viste cómo es? Te mandan esos perritos falderos para que pase. El adoctrinamiento no te deja pensar, no podés tener un líder en tu vida. Mis líderes son mis hijos.
–¿Tu hijo de 15 o sus amigos no hablan en inclusivo?
–Mi hijo habla en inclusivo, pero no me molesta. Lo único que le pido es que sea educado y sin faltarle el respeto a nadie. Pero lo que me pasó fue: ¿en serio me vienen con ésta y me atacan? Loco, arreglamos lo urgente y después apoyamos lo que haya que apoyar. Lo que menos me interesa es ir en contra de ser libre. Por eso, de hecho ni siquiera configuro Twitter para que no puedan comentar. Soy de los que creen que si les sacás la posibilidad de putear también les sacás la libertad de expresión.