El baterista pidió a la Justicia poner fin a una ocupación armada y la toma de posesión de la casa.
En julio, Phil Collins (69) recibió un sorpresivo mensaje de texto de su entonces pareja, Orianne Cevey (46). "Encontré a otra persona y me gustaría intentar ver si puedo volver a ser feliz", le escribió su mujer, para casarse un mes después y en secreto con el guitarrista Thomas Bates.
La relación entre Phil y Orianne fue turbulenta: los padres de dos hijos se casaron en 1999, se divorciaron en 2008 y volvieron a juntarse en 2015. Hoy van a la Justicia. Es que, luego de la ruptura, la ex mujer del baterista de Génesis y su nuevo esposo se niegan a retirarse de la mansión del músico.
Las dos separaciones de Cevey han sido más que conflictivas para Collins. Luego de su divorcio, el cantante tuvo que pagarle a su ex mujer la suma de 25 millones de libras. Esta vez el intérprete ha pedido una orden para exigir que Cevey, Bates y sus cuatro guardaespaldas se vayan de la propiedad. En caso de que el juez autorice el pedido, la Policía podría arrestar a los recién casados si se niegan a hacerlo.
"Se necesita urgentemente una orden judicial para poner fin a una ocupación armada y la toma de posesión de la casa de Phil Collins por parte de su ex novia y su nuevo esposo", solicitaron los abogados del músico.
Más allá de la situación que rodea la mansión del baterista, las rupturas no presenciales no son extrañas para Phil Collins. El músico fue acusado de abandonar a Jill Tavelman, su segunda esposa, vía fax.