A casi dos meses de su repentina boda, la pareja emprendió un largo viaje por el Oeste del país en el que se radicó y lo compartió con sus seguidores.
Siguen de celebración. Y así debe ser. Tras su sorpresivo casamiento en Palm Beach a principios de julio, Juan Mónaco (36) y Diana Arnopoulos (29) disfrutan juntos de, quizá, el mejor momento de sus vidas, enamoradísimos y... de viaje a bordo de una casa rodante. Sin horarios ni distancias. Sólo ellos y su aventura, ahora por el Oeste de los Estados Unidos, desde donde acaban de divulgar, a través de sus cuentas sociales, lo que parece ser una luna de miel continuada.
Sí, tras pasar por el altar en una ceremonia íntima de la que participaron sólo ocho personas de su círculo más cerrado, como consecuencia de la pandemia de Covid-19, el ex tenista argentino y la modelo greco-francesa iniciaron unos días de descanso en Coral Gables, Miami, desde donde hace unos días partieron hasta el otro extremo de Norteamérica.
El primer lugar que recorrieron, ya en California, fue el camino –complicado, por cierto: no está demasiado señalizado– que los llevaría al legendario cartel de las nueve letras de HOLLYWOOD, de unos 13,7 metros de altura y unos 106,7 metros de longitud.
Con la misma casa rodante alquilada, entonces, al día siguiente pusieron rumbo hacia el Parque Nacional de Árboles de Josué, ubicado entre los desiertos de Colorado y Mojave, cuyo nombre deriva de la especie Yucca, a la vez llamada árbol de Josué.
Aun con temperaturas que superan los 30 grados, Mónaco y su mujer se animaron a recorrer parte de la zona, filmando las sombras de sus cuerpos de cara a las elevaciones de color ocre, y fotografiándose y dejándose fotografiar por su compañero de ruta.
Sorprendidos ante algunas especies animales del lugar (abundan los linces, las águilas, los cuervos, las ardillas y ¡hasta hay coyotes y correcaminos!), la pareja iba deteniendo su marcha a cada paso para gozar de los increíbles paisajes.
Si bien allí existen áreas de acampe, carecen de acceso al agua potable, lo que por lo general determina que los visitantes duerman fuera del parque. Una situación que no debieron afrontar Pico y su esposa, ya que su casa rodante les permitía pernoctar allí adentro.
"Road trip Advertures", bautizó Arnopoulos el soñado viaje, que venían planeando con Mónaco desde antes del enlace. “Mi compañera para toda la vida: Mr. and Mrs. Mónaco“, había escrito el ex tenista cuando dio el "sí".
La travesía continuará en estos días por nuevos lugares que seguramente postearán desde sus cuentas de Instagram, con un millón de seguidores para él y 65,4 mil para ella.