La pandemia lo obligó a reinventar su negocio. Lejos de quedarse quieto, se anotó como voluntario para probar la vacuna contra Covid-19 y cuenta su experiencia.
Sebastián Gaudio (40) fue uno de los voluntarios que probaron la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech contra el SARS-CoV-2, virus causante de Covid-19. "Estoy cansado", dijo el emprendedor y agregó: "Quiero abrazar a mi mamá".
A pesar de tener diabetes grado 2, se postuló como voluntario para la vacuna porque vio en esto una luz de esperanza. Para ser voluntario debió contestar un cuestionario en el que le consultaron si había tenido hepatitis, si tiene HIV o está en tratamiento oncológico.
Hace casi 25 años Sebastián está en pareja con Romina (39). Tienen tres hijas: Milagros (19) que estudia Medicina; Alma (10) y Francesca (1 año y medio). "Vivo rodeado de mujeres, ¿sabés como me cuidan?", bromea ante la pregunta de cómo tomaron en su casa el hecho de que se anotara como voluntario para probar la vacuna.
Cansado de la cuarentena y del impacto de la pandemia en la vida cotidiana, a él no le importó que le dijeran que estaba loco. Está convencido de que la vacuna es la única forma de recuperar la "normalidad" (o al menos algo de lo que conocíamos como tal).
Vive en Monte Grande (al Sur del Gran Buenos Aires). "Apareció una propaganda en Internet y me anoté para probar la vacuna". No se siente un héroe, aunque muchos lo felicitan por animarse. "Lo hago porque quiero que esto termine. Creo que soy voluntario por ansiedad. No me importa nada: si me muero, me morí en el intento de salir de esta porquería", dice entre risas.
Una familia muy unida
Siempre va para adelante y encuentra la forma de sacar lo mejor de lo que ocurre a su alrededor. Llevaba tres años de noviazgo con Romina –que entonces estudiaba para ser contadora– cuando fue padre por primera vez. Esto le cambió la vida a Sebastián, que trabajaba como coordinador en boliches y como modelo.
Al nacer Milagros, la mayor de sus hijas, el médico les informó que tenía mielomeningocele y les advirtió que no iba a desarrollarse correctamente. "Tuvimos miedo", recuerda. "Nació con la columna como con una fractura expuesta", dice. Hoy ella estudia Medicina y no tiene ningún problema en reconocer que su papá es su héroe.
Impactados por esto y ocupados en brindarle a Mili todos los cuidados necesarios para que pudiera crecer de la forma más sana posible, Romina y Sebastián tardaron en ser padres nuevamente. Hace diez años nació Alma. "Lo primero que me fijé fue cómo estaba su columna", cuenta Gaudio. "Hicimos llorar a todos".
Nueve años después nació Francesca, la más chiquita, que cumplió un año el 7 de marzo. "Cada nueve años tengo hijos, pero ahora ya está", dice. "Fran vino sin buscarla, pero llegó en el momento exacto", asegura y detalla que su suegra murió luego de atravesar un cáncer dos meses después de conocer a Fran.
Camino a la fama
Tiene locales de Rapipago en la zona donde vive. "Tenía una fábrica de milanesas con la que estuve en todos los programas de televisión. Terminé saliendo en dos capítulos de El Marginal y hacía vivos de cocina los martes con Flor de la V (45)", cuenta.
Todo empezó en octubre de 2018, cuando un amigo lo llamó para que hiciera el catering para el cumpleaños de Natalie Pérez (33). "'Yo hago milanesas', le dije. Y él me convenció para hacer algo. Ahí estaba lleno de productores que me empezaron a llamar y todo, pero yo justo estaba por irme de vacaciones con mis hijas", recuerda. Cuando volvió buscó a la persona que lo había llamado y se dio cuenta de que era una productora.
Le escribieron de 100 días para enamorarse. Fue a la fiesta para hacer el catering y ahí conoció a varios productores. Y así tiene múltiples historias relacionadas con famosos, que se van encadenando unas con otras.
"Para noviembre, diciembre, ya está"
"Yo creo que me pusieron la vacuna y no placebo", dice Sebastián. Dice que no le tiene miedo al Covid-19, pero sí respeto. El miércoles pasado un rem'is lo pasó a buscar por su casa para ir a probar la vacuna. "Nos recepcionaron y nos llevaron a un piso donde cada uno tenía un box. Nos hicieron mil preguntas, nos contaron cómo era el proceso y nos dieron una bolsa con equipamiento para que nos toáramos la temperatura y registráramos todo", dice.
"Me sacaron sangre y me dio un poco de impresión eso. Me hicieron todos los análisis. De ahí me llevaron a hacer el hisopado, me preguntaron cómo estaba y me pusieron una especie de reloj para saber que a ta hora ya me podía retirar", cuenta. Y agrega que la sensación al recibir la inyección fue similar a la de la gripe. Pero que al día siguiente le dolió mucho el brazo. "Y también tuve cefalea", agrega. "Tuve cansancio pero quizás es psicológico y por eso preferí no decirlo en la nota".
"Ya está la vacuna, están terminando las pruebas y se la tienen que dar a todos", asegura. "Ellos me dijeron que para noviembre o diciembre ya estaba", dice respecto a sus expectativas de cuándo estará disponible la vacuna.
