La cantante santafesina levantó la voz para pedir conciencia sobre el inmensurable daño ecológico que provocan los incendios forestales a orillas del Paraná.
Es aplaudida en los escenarios de Europa, pero siempre recuerda el lugar donde creció, a la vera del Paraná. Lola Ponce (38) es oriunda de Capitán Bermúdez, Santa Fe. Pero ya hace años que no vive en el país: luego de su paso por Italia, se instaló en México junto a su marido, Aarón Díaz (38), y a sus hijas Erin y Regina.
Preocupada por los fuegos en el Delta, escribió una sentida carta en defensa de su terruño natal. Activa en causas de protección ambiental, comprometida con Greenpeace –entre otras ONGs ecologistas–, hoy batalla por una que le roza el alma.
"Estoy devastada –como todos los ciudadanos santafesinos y entrerrianos– por lo que está pasando con nuestras islas, con el Río Paraná", dice en su manifiesto. "Desde hace meses los fuegos, la quema desmesurada de pastizales, están exterminando a los animales con peligro de extinción y, además, perjudicando el medio ambiente y la salud de los pobladores".
La actriz y cantante continúa: "Crecí ahí, en una isla extremadamente bella, salvaje, natural. Ahí conocí la magnitud de la Naturaleza. Mis ojos de niña me hacían sentir la fuerza de esa corriente de agua. Pasaba horas observando las bendiciones que recibían los pescadores. Estar en la Isla era estar en un lugar puro. ¡Todo era pura vida! Y se ha convertido en un infierno en llamas…".
"Hoy, tristemente, muchos niños crecen con esa visión de destrucción, de poco respeto hacia nuestro Planeta… ¿Por qué? Vinimos a este Mundo a mejorar como especie, a evolucionar, a pensar en el prójimo, a hacer lo mejor que podamos desde nuestro lugar. Los incendios están afectando a los animales, a la vegetación, y degradan la calidad del suelo, el agua y el aire", escribe en su carta.
Allí hace referencia a más de 4.200 focos de incendio detectados entre enero y julio y agrega: "El fuego deja marcas profundas en el territorio del humedal: algunas son visibles de manera inmediata, mientras que otras recién se verán en el mediano y largo plazo. Todas son graves y modifican el equilibrio de un sistema frágil, que depende del equilibrio de todas sus piezas para funcionar bien".
"¡Por favor, respetemos la Vida!", exclama Lola, preocupada por el cuidado del medio ambiente. Aparte, hace un llamado a los gobernantes y pide "castigo duro para estos irrespetuosos agresores de nuestro patrimonio ecológico".
"¡Las Islas y el Río Paraná son una Reserva Natural, fundamental para nuestra vida! Cuidemos y tomemos conciencia de nuestro bello País. Por favor, encontremos el equilibrio, poniendo a personas que saben, que han estudiado para eso y pueden custodiar nuestro Medio Ambiente, para que las generaciones futuras tengan la chance de crecer sanas, felices y orgullosas de su historia", concluye su carta, invitando a la reflexión y a un cambio vital.