Exclusivo GENTE. "Ella me visita en los sueños", contó Paula hablando de su amiga, que partió en 2012 pero que jamás la dejó. Aquí, dos fuertes señales de la conexión que aún tienen.
"Sueño mucho con ella, sé que está bien, hablo mucho con su papá, compartimos los sueños que tenemos”, comentaba Paula Chaves (35) en diciembre pasado acerca de su gran amiga Jazmín De Grazia, fallecida el 5 de febrero de 2012 a sus 27 años.
Quiso la ¿causalidad? que la modelo diera a luz a Filipa a las 23 horas del sábado 4 de julio, el mismo día en que habría cumplido 36 años su eterna e íntima amiga. Paula y Jazmín forjaron su vínculo, casi simbiótico, en el ciclo televisivo Súper M (2003), donde la flamante madre se consagró triunfadora, ganándole también otras amigas, como Mery del Cerro (35).
Además de haber recorrido un largo camino laboral juntas y pese a no compartir el mismo plano, la conexión espiritual entre ambas sigue intacta. “Pasan los años y la angustia se va calmando. La recuerdo siempre con mucho amor, con esa carcajada que tenía. Ella siempre decía que se iba a morir joven, como los rockstars. Su papá siempre la describió como una loca, un cascabel. A ella le gustaba vivir a fondo, y no escuchaba mucho, pero tenía una familia de oro”, contaba Chaves al recordar la fuerte personalidad de Jazmín.
Acerca de los mensajes que su amiga le envía a través de los sueños, detalló: “Ella me dice que está bien. No sé si será real o es mi deseo, pero me pasa”. Hace cuatro años, así elegía recordarla en otro aniversario de su muerte: “Loca y divertida, siempre. Te extraño tanto. Tantas cosas vivimos, tantos recuerdos. Hay veces que no puedo creer que no estés más físicamente. No me dejes, amiga. Seguí visitándome en los sueños. Me hacés bien. Te amo”.
Según información exclusiva de GENTE, la coincidencia de la llegada de Filipa con el cumpleaños de De Grazia es, sin dudas, otra mágica señal de que la está acompañando. Pero no ha sido la última. Al llegar al sanatorio, el sábado 4, Paula y Pedro fueron recibidos por una enfermera muy amable que los esperaba en su suite y entre penumbras. Luego de las indicaciones pertinentes y algunos comentarios con tono amigable, se despidieron. Antes de salir del cuarto, Paula le preguntó, “¿tu nombre?”, y la mujer respondió “Jazmín”. Con la piel erizada, la pareja se miró con complicidad, sin necesidad de decir nada.
