La “cocinera caradura” habla de la relación con su flamante marido, Joaquín "el Pollo" Alvarez, y cuenta cómo se prepara para debutar al frente "Los expertos" (eltrece). Además, cuenta por qué desistió de tener un restaurante y revela que en su casa ya se habla de la posibilidad de tener un bebé: “Estamos viendo quién de los dos afloja primero”.
"Nací en las redes”, dice con total seguridad Estefanía “Tefi” Russo (34), hija porteña de un ama de casa y un desarrollador inmobiliario, que en 2012 –siendo mamá de una nena de dos años (Mimi Pereyra Russo)– decidió encauzar sus ganas de hacer algo gastronómico –“quería abrir un restaurante”– inaugurando un blog de cocina llamado Inutilísimas. “Le puse así porque yo no soy cocinera profesional ni tengo título de chef, pero crecí viendo el canal Utilísima. Así que el nombre casi me salió solo. Honestamente, lo hice pensando en compartir mis recetas con mis amigos y familiares, pero empezaron a llegar seguidores y ahí abrí Twitter, YouTube, Facebook e Instagram. Después comenzaron a surgir cosas laborales y, cuando me di cuenta, terminó convirtiéndose en mi laburo, en la oportunidad de hacer dos libros... y ahora Los expertos (eltrece), ¡un programa de televisión!”, cuenta con tangible alegría la autora de Simple, rico y casero y La cocina de Tefi, que suma más de 823 mil seguidores en Instagram y en noviembre del año pasado estuvo en todos los canales de televisión cuando celebró su boda con el conductor Joaquín “El Pollo” Alvarez (37).
Al respecto dice: “Sé que desde que estoy con Joaco mi exposición es distinta, pero a mí me siguen, me conocen y me bancan desde el 2012. Y los que no... Bueno, por ellos mostré hace unos meses en mis redes algunos mensajes hirientes que me llegaron. O sea, yo sé cuáles son mis miserias, mis fallas en la cocina y mis defectos físicos, y a mí no me afecta lo que puedan decir, pero me preocupa que ataquen a personas vulnerables y creo que está bueno concientizar”. Tefi charla por teléfono con la periodista desde su casa a las 19:35, justo después de tomar el té. “Es que los horarios en cuarentena cambiaron”, justificará con total naturalidad.
–Otra de las cosas que cambiaron en estos tiempos son los empleos. Y vos sos de las pocas personas que consiguieron uno en pleno aislamiento.
–(Ríe) En realidad –poca gente lo sabe– empezamos a charlar sobre este proyecto el año pasado y lo empezamos a grabar cuatro días antes de que decreten la cuarentena.
–¿Qué medidas tuvieron que llevar a cabo para poder terminar las grabaciones?
–Hubo que adaptar y ajustar varias cosas, reducir el equipo y seguir los protocolos. Para que te imagines, cada vez que íbamos a grabar nos tomaban la fiebre, nos daban alcohol en gel, guantes y barbijo, y teníamos que firmar unos documentos. Y en el momento en que se encendía la cámara, yo era la única que no usaba ni guantes ni barbijo.
–¿Trajo complicaciones que todos los demás los usaran?
–Sí, porque yo no podía ver sus expresiones (ríe). Tengo que reconocer que la primera vez fue rarísima. Todos estábamos miedosos, pero después nos fuimos acostumbrando a que éste es el nuevo estilo de vida.
–Una duda: ¿cómo fue que pasaste de ser la líder de las Inutilísimas a liderar a Los expertos?
–¡Es que la experta no soy yo! El programa tiene diez expertos en productos como miel, cerveza, chocolate y café. Yo me acerco a ellos para que me cuenten sobre las materias primas y me revelen sus historias... Y voy avisando que hay muchos pateadores de tablero, muchos que trabajaban en una multinacional y cambiaron totalmente de rubro.
–¿Vos pateaste tu tablero en algún momento?
–Sí, sí. No en mi trabajo, pero sí en mi vida personal. Yo sigo mi instinto y no tengo problema en animarme a arrancar de cero las veces que haga falta.
–¿Estar en televisión era algo que soñabas?
–No. De hecho, esta serie se pensó como digital y fue una sorpresa que terminara debutando en tele. Es una recontra oportunidad para mí, y creo que cuenta con un lindo contenido, porque con esto de la cuarentena todo el mundo está cocinando a diario.
–¿Cuál es tu plato estrella en tu casa?
–Y... a la milanesa no se le discute: es una salvadora y un caballito de batalla. Además hay de carne, de pollo, de cerdo, de pescado, de berenjena... Para la organización es una salvación.
–Así como la cocina es tu especialidad, ¿cuál es la del Pollo?
–Él vive para trabajar y ama los momentos de ocio: necesita la cerveza con amigos al final del día, y jugar al fútbol.
–¿Vos formás parte de sus juntadas?
–Sí, los dos somos arengadores de salidas y abrimos la puerta de casa de par en par para hacer asados, pijamadas y comidas. Nos gusta divertirnos.
–Se casaron por Civil el 7 de agosto y tuvieron la ceremonia el 2 de noviembre... pero, ¿cuánto tiempo llevan juntos?
–¡No tengo idea! Soy cero romántica y no sigo el cálculo, pero acá, de fondo, Joaco me dice que llevaremos unos tres años. Igual, desde que estamos en aislamiento, siento más que eso. Es muy intenso todo.
–¿Tienen más encontronazos de lo habitual?
–Sí, con esta cuarentena ya sentimos que cumplimos quince años de casados. Igual, los dos le echamos la culpa a la situación emocional.
–¿Cómo se lleva él con Mimi, tu hija?
–¡Espectacular! Si no fuera así, yo no podría estar a su lado. Mueren de risa y son como nenes jugando. A él le encantan los chicos.
–¿Piensan tener propios?
–Ni... Él quiere ser padre desde hace muchos años y a mí me cuesta la idea de volver a empezar. Me da un poco de claustrofobia. Así que estamos viendo quién afloja de los dos, porque en esto no hay punto medio.
–En otra cosa en la que no hay puntos medios es en el lugar en el que se vive. Vos, que residiste cuatro años en España, uno en Rusia y seis meses en Suiza, ¿quisieras volver a radicarte afuera?
–Y... mi hija nació en España, y a mí la mitad del corazón me quedó allá. Por eso, hablamos sobre la posibilidad de irnos en algún momento de la vida.
–¿Joaquín se ve en España?
–Él dice que hasta hace un par de años no se le ocurría, pero ahora un poco le seduce tantear su trabajo en otros lugares.
–Después de ocho años, ¿abrirías el restaurante que te quedó pendiente?
–¡Ni loca! Muchos cocineros me recomendaron que no lo haga. Sí me gustaría tener una rotisería copada, con muy buenos sándwiches y ensaladas en verano, y unos buenos platos de cuchara en invierno. Yo trato de animar siempre la comida simple y casera, la tradicional, la de toda la vida, porque para mí no hay nada más noble, digno y familiar que un guiso. Lo simple siempre es terreno seguro.
Fotos: Gentileza Mechi Fahs y Aníbal Perez, e Instagram.