El comediante de veintiocho años expuso lo que le provocan los casi ochenta días de aislamiento social, preventivo y obligatorio.
El 1º de Abril, Gregorio Rossello (28), el actor que está en confinamiento con su nueva novia fotógrafa en un departamento de 46 m2, confesaba sus primeras incomodidades con la situación diciendo: "Hoy fallé. Hoy me pego para el carajo la cuarentena. Hoy cayó toda la tristeza y frustración acumulada. Venía negando la angustia personal y generalizada que hay y que tengo por todo esto. Sigo con terapia por teléfono, lo hablo, lo razono, pero es difícil manejarlo. Tengo bocha de miedos; desde que este bicho agarre a un familiar mayor, o por mis sobrinos (el más chico es de riesgo) que están en Estados Unidos y la cosa allá esta muy complicada. Después por mi hipocondría a veces pienso que lo tengo yo. Otra cosa es que me frustro, me frustro mucho. Pienso en la economía de bocha de gente que está re complicada... y no voy a mentir, en la mía también. Estoy re cagado. Sin tele sin teatros. Todo es una mierda. Pero no nos queda otra, hay que quedarse en casa. Es lo único que nos garantiza que toda esta frustración termine antes. Ah, y hay que lavar los platos de vuelta, te juro ya no se no quién los ensucia. Hasta eso me frustra. Coronavirus te odio un montón"
De este posteo, ya pasaron más de dos meses, pero la bronca se fue acumulando hasta que escribió en su Twitter las siguientas palabras: "La cantidad de amigos que están cerrando sus negocios o al borde de hacerlo. Que virus de verga. Que triste. Gente que le metió años de laburo a algo y se lo está metiendo de canto en el ojete. Perdón si estoy denso con los chivos en instagram. Hay que dar una mano".
Luego, ante las múltiples repercusiones de sus palabras, sumó: "No estoy criticando al gobierno, ni tampoco se me ocurren medidas. Hago videos en Instagram no soy funcionario, sólo digo que es momento de ayudar desde el lugar que cada uno pueda".
