La pandemia del Covid-19 los sorprendió en Miami, donde aún permanecen. Allí comenzaron hace dos meses y medio una etapa de “convivencia obligada de 7x24”, que “nos acercó todavía más”.
Hoy, atardecer del domingo 17 de mayo, Ricky Montaner (29) y Stefi Roitman (25) reciben a GENTE en su “casaestudio de Gran Hermano” (así la bautizaron) de Miami Beach, frente a las aguas del Océano Atlántico y bajo el cielo límpido, donde se mudaron un mes y medio atrás con Mauricio –el hermano de Ricky– y su esposa colombiana –Sara Escobar–; Cris –mejor amigo de Ricky– y su mujer Andrea –prima de Ricky–, y el productor Jon Leone. “Compramos este sitio para desarrollarlo como estudio y organizar desde aquí el management del dúo”, explica Montaner.
“Debido a la cuarentena –utiliza por primera vez la palabra– decidimos venirnos aquí y aprovechar para trabajar en nuestro próximo disco. Al no poder contratar a nadie debido al Covid-19, nosotros siete, a pura paciencia, limpiamos, trajimos las cajas y pusimos el lugar en movimiento. De allí que se vea medio vacío. Por fortuna hay suficientes cuartos para que cada uno cuente con su independencia”.
Roitman, quien no pudo volver a Buenos Aires una vez declarados el aislamiento y la cancelación de aeropuertos, destaca: “El corona nos sorprendió a todos. Si bien me falta la presencia y los abrazos de mis afectos en la Argentina, y no hay día en que deje de comunicarme con ellos y vea vivos de mi país, agradezco y bendigo poder transitar la situación tan bien acompañada y cuidada”, suspira.
–¿Cómo es la convivencia en el aspecto organizativo?
Ricky: En casa nos levantamos primero Andrea, luego Mau y Sara, Ricky, Jon, Cris… y por último Stefi.
Stefi: Tengo los horarios revolucionados. Igual, suelo despertarme tipo 6 AM, eh.
R: ¡Touché! Cierto: ¡Se trae un sándwich de la cocina para comer en la cama y llenarla de migas!
S: Vos ves las migas a la tarde, porque ni te enterás de mi
desayuno tempranero.
–¿Cómo sigue el día?
R: Yo tengo mi tiempo con Dios, de rezos. A partir de allí voy al estudio, nos tomamos un relax en la piscina, hacemos ejercicio –Stef es la que sabe y nos aconseja–, vuelvo al
estudio… En medio de todo revisamos heladera y alacenas y nos ponemos a preparar algunas comidas.
–¿Nos?
S: Bueno, entre todos. Yo no cocino, pero el otro día hice jalá, el pan que se consume en shabat. Y me animo con las ensaladas y los postres, mi especialidad. Ojo que también ordenamos platos, limpiamos y pasamos la aspiradora.
–¿Salidas? ¿Ninguna?
R: Somos responsables con el confinamiento. Sólo los fines de semana vamos a comer en familia con mis padres, como siempre lo hemos hecho. En los Estados Unidos hay autorización para movilizaciones puntuales en auto. A veces nos toca algún asadito de mi padre, porque yo en esos casos…
S: … Sos el que da el pase de gol, el mejor asistente de tu papá, del mío (Gabriel; su madre se llama Valeria) y de Manu, especialista en la materia. ¿Viste, amor, que reparo en tu talento para colaborar con los que saben hacer asado? ¿Creías que me iba a olvidar?
–Respecto de creer, ¿ustedes creen en las casualidades?
Ambos: Poco.
–Están iniciando una relación y su primera experiencia es comenzar una convivencia… en medio de una pandemia.
R: Nos lo han dicho: “¿Intentarlo justo ahora, que no se conocen tanto?”. Pero esta relación es milagrosa, en muchos sentidos. En lo personal, a mí conocer a Stefi me ha transformado la vida. Yo estaba acostumbrado a vivir de otra manera, digamos. Nos entendemos sin hablar. Somos muy parecidos. Ella es mi versión femenina. Lo del respeto debe caer de maduro. Entre nosotros somos respetuosos al extremo.
Estamos atentos a cuando el otro necesita espacios propios, o incluso lo exponemos.
S: “Guarda que me levanté medio rara”… o al revés. Una honestidad constructiva. Nos permitimos días peores y no pretendemos andar pegados las veinticuatro horas. Nos
damos nuestros tiempos en soledad y disfrutamos juntos de varias cosas aparte. Nos transformó… Transcurrieron dos meses de confinamiento y sentimos que fue mucho menos. La venimos piloteando bastante bien.
Fotos: Omar Cruz y Cortesía R.M. y S.R.
Agradecemos a Armando Lozano (ZZinc Group), Mariela Croci (The Sello), Sony Music Argentina y Guadalupe Casigno.