En exclusiva, un fotógrafo de GENTE retrató al personal médico, las urgencias, los pacientes críticos, las salas de internación y el enorme esfuerzo de todo el equipo de salud.
Ubicado en la Zona Oeste del Gran Buenos Aires, el Hospital Posadas es el centro de salud pública y de alta complejidad más grande del país. Atiende pacientes de todo el territorio nacional: 6 millones de personas al año.
Las imágenes captadas por el fotógrafo de GENTE, Fabián Uset, se tomaron siguiendo las estrictas medidas de seguridad y protección vigentes. Incluso hubo espacios de mayor riesgo, en los que la sugerencia fue tomar las imágenes directamente, sin entrar en contacto con los profesionales.
El traslado de un paciente con coronavirus en el Servicio de Urgencias. El personal de salud admite que esperan vivir momentos de tensión extrema si el número de pacientes se acrecienta exponencialmente durante el mes de mayo. Temen verse "impotentes" por no poder atenderlos adecuadamente. Sin embargo, no dejan de estar comprometidos al ciento por ciento, concentrados "en salvar todas las vidas que llegan a nuestras manos", como nos explica emocionada una médica residente.
Un equipo de médicos y enfermeros controlando de cerca a un paciente internado en Terapia Intensiva. La nueva unidad, que estará a disposición de quienes lo necesiten, cuenta ahora con 1.000 metros cuadrados, 70 camas para adultos equipadas con gases medicinales, respiradores artificiales, bombas de infusión y monitores multiparamétricos, además de un área especializada para aislamiento respiratorio.
La seguridad frente a este virus tan contagioso se convirtió en una prioridad número uno en el Posadas. En Argentina, los médicos, enfermeros y el personal de la salud en general que se infectó con el virus representa el 14 por ciento del total de positivos.
Entre el equipamiento incorporado se cuentan 55 nuevas bombas de infusión, 20 monitores multiparamétricos y 15 respiradores.
Si el coronavirus fuera una guerra, un médico del Hospital Posadas estaría en la primera línea de fuego. Su uniforme incluye una cofia, antiparras plásticas, un barbijo y un ambo que cubre totalmente su cuerpo.
Ya no hay largas filas, ya no se escuchan los ruidos y voces habituales y tampoco hay corridas por emergencias.
Sólo se acerca hasta la Guardia un puñado de pacientes, todos temerosos ante el avance del coronavirus.
En exclusiva, un fotógrafo de GENTE retrató al personal médico, las urgencias, los pacientes críticos, las salas de internación y el enorme esfuerzo de todo el equipo de salud.
El segundo paso para los contagiados –ya dentro de la gran carpa– consiste en determinar la gravedad –o no– que el coronavirus haya causado en el paciente, para derivarlo a su casa o internarlo en los boxes de aislamiento que se habilitaron dentro de dos camiones sanitarios.
El hospital está equipado para hacer los tests de coronavirus.
Una de las salas del hospital. Se escuchan de fondo los pitidos de los respiradores. Entre los 7 y los 10 días el Covid-19 puede desarrollar neumonías muy graves y provocar una insuficiencia respiratoria.
Doctora Constanza Arias, jefa de Terapia Intensiva del Hospital Posadas.
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El Ministerio de Salud ordenó que se acondicionaran y liberaran 58 camas que puedan hacer frente al brote de coronavirus y se habilitaran otros 27 lugares, entre terapia intensiva y unidades coronarias.
A pesar de las jornadas agotadoras y del riesgo que corre, el personal se volcó para hacer frente a la pandemia. La reconversión del hospital no ha sido sólo física, sino también humana.
El personal toma extremas medidas de higiene.
Una médica atiende a un paciente con insuficiencia respiratoria en una de las plantas dedicadas a coronavirus.
De izquierda a derecha: Graciela Cabral, jefa de Virología; Lucrecia Raffo, directora médica, y Alberto Maceira, director del Hospital Posadas.
Fotos: Fabián Uset