El arquitecto Alejandro Tobe, curador de este circuito de esculturas, habla sobre la historia del proyecto y adelanta que tienen planeado sumar nuevas obras a las 53 que ya están exhibidas.
Mar infinito, amplias playas, numerosos bosques y diferentes circuitos de arte argentino. Definitivamente, Pinamar es el sitio perfecto para los amantes del aire libre. Más aun para los amantes del arte que pueden encontrar diferentes obras en los recorridos del Parque Escultórico de Pinamar.
El arte comenzó a hacerse espacio en Pinamar de modo casi imperceptible. En 2008 y con motivo del 65º aniversario de la ciudad, se instaló en la rotonda de Av. Bunge y Av. del Mar una gran obra del escultor Pájaro Gómez. Realizada en acero inoxidable, Dibujando Espacios no tardó en convertirse en un ícono del balneario en el que hoy se exhiben cerca de 50 esculturas. “Comenzó a instalarse la idea de poder tener más obras de arte en la ciudad”, recuerda el arquitecto Alejandro Tobe de Pinamar S.A. y curador, junto a Ernesto Shaw, del Parque Escultórico de Pinamar. Unos años más tarde Bastón Díaz realizó la obra Permanencia del sueño (conocida como La Piña).
“Surgió la oportunidad de traer a la localidad las obras de un parque de esculturas que Carlos Cupi había formado aquí. Teníamos la oportunidad de formar un gran museo abierto para provocar emoción, silencios y reflexión, enriquecer el alma y acompañar a una vida mejor”, explica Tobe. Y relata que desde el primer momento pensaron que era importante que las obras estuvieran exhibidas para todos en el espacio público. “Hasta ahora implantamos 53 esculturas en lugares de acceso público y gratuito pero privados, lo que permite tener un control en la seguridad de las mismas”, afirma y adelanta que tienen previsto colocar más en los próximos meses.
Encontrar el sitio indicado para cada escultura fue un trabajo desafiante para Tobe y Shaw. “Comenzamos con fotografías de las obras y las separamos en familias: figurativas, abstractas, humanos, animales y materiales. Tomamos el plano de la ciudad y jugamos como si fuera un trabajo de ajedrez… ¡pasábamos horas moviendo las fichas en un mapa gigante!”, dice el arquitecto.
Artistas reconocidos realizaron la mayor parte de las piezas, aunque también hay en el Parque Escultórico de Pinamar sitio para nuevos autores. “Dentro de Links Pinamar hay un espacio para muestras temporarias. Para el próximo verano estamos pensando en escultores que trabajen en el lugar, de forma tal que el público pueda ver el proceso. Además, este verano junto a la Secretaría de Cultura de la Municipalidad hicimos dos picnics bajo las estrellas. Hubo bandas de jazz y mappings (proyecciones) sobre las esculturas”, cuenta.