Desde que quedó embarazada, la actriz y conductora muestra su vida de mamá en las redes sociales. Todos sus seres queridos, actores principales de su historia de amor que hoy tuvo uno de los capítulos más tiernos.
Hace un mes que Eugenia Tobal (44) fue mamá. Hace 30 días que su vida cambió para siempre. Y ante todos los pronósticos negativos que hablaban de que la edad podía ser un impedimento para quedar embarazada, del reloj biológico, y de decenas de razones; ella decidió aferrarse a esas señales que le daban una luz de esperanza.
El amor de su pareja Francisco García Ibar, la fuerza de su mamá Ofelia, una leona que dos veces fue operada de un cáncer en la garganta y la pelea todos los días, y una fe que como dice la Biblia: “Mueve montañas”. Y como diría Gustavo Cerati en Zona de Promesas: “Tarda en llegar y al final, al final hay recompensa”.
Y hoy su “regalo del cielo” se llama Ema, una beba hermosa que según cuenta la actriz y conductora en sus redes “Es el amor de su vida”. Reservada, manteniendo la misma coherencia que siempre tuvo en su vida, Euge no dio ninguna nota periodística hablando de su maternidad porque es algo que no le hace falta.
Mirando su cuenta de Instagram se puede seguir de cerca, casi un día a día, de como la llegada de la beba cambió su vida. Y hoy, mostró una de las fotos más tiernas: las dos durmiendo, de frente, cara a cara; donde la imagen refleja ese amor que una madre tiene con su hija, mientras la beba la abraza.
Pero Eugenia es generosa y en los posteos. Allí están todos los amores de su vida. Hace unas semanas subió una foto de su mano, la de Ema y la de su mamá: tres generaciones unidas por la misma sangre, por el mismo cariño.
Francisco, el hombre que cambió su vida, también es un actor principal en su vida y en sus publicaciones. Un abrazo de los tres, de la familia unita, mostró otro de sus costados tiernos. Y los perros también son protagonistas. Paseando a Ema en cochecito y rodeada por una docena de perros y sus palabras cierran esta tierna nota.
“La reina en su reinado. Rodeada de los mejores dadores de renergías positivas, de amor, custodios incondicionales, protectores, excelentes terapeutas emocionales, los mejores comediantes, los amigos más fieles... ¿qué más podemos pedir para nuestra cachorra?”.